miércoles, 30 de octubre de 2019

5 ESCENAS DE TERROR


Resultado de imagen de limbo spider gif

Un escalofrío te recorre la columna. Tus sienes se perlan de sudor helado. Tus labios están secos. Tus rodillas parecen de gelatina, y tus dedos tiemblan tanto que no puedes ni sostener un vaso. ¿Puedes sentirlo? El miedo llama a tu puerta. La oscuridad te reclama.

¡¡¡VADE RETRO, VADE RETRO!!!
Mi amigo Miguel, de El Vertedero de las Ideas, Leticia, de La Pesada, y yo, nos hemos propuesto a hablar de Cinco Escenas de Terror, cada uno en su blog. Al final de éste artículo encontraréis un link a sus blogs. En el futuro hablaremos de otros tipos de escenas, como tiroteos, persecuciones, momentos de tristeza y de humor.

Antes de empezar, me apetece ser un poco pedante (¡Nada nuevo en el frente!) y hablar sobre algo que sólo a mí me interesa. En torno al Planeta Rojo orbitan dos pequeños satélites llamados Fobos y Deimos, dos insignificantes rocas que vuelan, ciegas y sin vida, cerca de su padre. Y es que Marte, el dios de la guerra, tuvo dos hijos llamados, precisamente, Fobos y Deimos: Pánico y Terror (en otras palabras: miedo irracional y miedo racional). Ya en tiempos antiguos la gente hacía distinción entre dos emociones diferentes, pero íntimamente ligadas. Hoy en día, la separación es otra: Terror y Horror. Aunque cada académico y escritor aplica su propia distinción, la versión que yo emplearé es la siguiente: el Terror es la anticipación de que algo malo está a punto de ocurrir (es asesino podría estar oculto en cualquier esquina oscura), mientras que el Horror es la desazón causada por la atrocidad que ha sucedido (la heroína entra en la habitación donde yace acuchillada su mejor amiga). Las dos emociones son, a mi entender, subcategorías de la emoción mayor que es el Miedo. Aunque las escenas seleccionadas pueden pertenecer a una u otra categoría (¡O ambas a la vez!), me esforzaré por dejar claro el lenguaje usado en cada una.

Otro par de notas: La primera es que las escenas no tienen por qué pertenecer al género de terror; la cuestión es que la escena en sí misma evoque miedo en el espectador. La segunda es que, por motivos obvios, los links podrían mostrar escenas desagradables o capaces de herir la sensibilidad. Se recomienda cautela.

No temáis, porque voy a estar con vosotros en este viaje. No lo digo por fanfarronear, pero lo cierto es que no soy nada fácil de asus...

Image result for creepy watson gif
¡Aaaaah!

¡MALDITA SEA, WATSON, DEJE DE DARME ESOS SUSTOS!

#1: El VHS embrujado (El Círculo, Hideo Nakata, 1998)

Image result for ringu tape

En ocasiones, lo que nos produce los peores escalofríos no son los miedos que podamos racionalizar. A veces, son las experiencias que penetran en nuestro subconsciente y arraigan en nuestro cerebro reptil las que de verdad nos hacen temblar. De esta manera, son procesos mentales como el simbolismo, las líneas de pensamiento y la asociación de ideas las que más nos pueden incomodar si se hacen de manera correcta.

Entra en escena Ringu, “El Anillo”, la película japonesa en la que una chica fantasma con las uñas arrancadas sale de una pantalla (sólo he visto la versión japonesa, pero tengo entendido que el remake de Hollywood es bastante bueno). Y sí, el espectro vengativo de Sadako da miedo, no cabe duda, y su mirada de odio irracional y el gesto de agonía de sus víctimas son capaces de helarle a uno la sangre. Pero, a decir verdad, la parte que a mí me quitó el sueño por la noche es la cinta de vídeo.

Ringu trata de una reportera llamada Reiko (Nanaka Matsushima) y su exmarido Ryuji (Hiroyuki Sanada) y su investigación de una cinta de VHS embrujada que, según cuenta la leyenda urbana local, causa la muerte de quien la vea al cabo de siete días. En efecto, Reiko averigua que cuatro jóvenes fallecieron recientemente en circunstancias inexplicables (sus corazones se detuvieron y sus rostros se congelaron en un paroxismo de terror) siete días después de haber visto ese misterioso vídeo. Encuentra la endemoniada cinta en un camping y la reproduce, y lo que ve es…

Un perro andaluz.


Image result for un chien andalou

Vale, es broma, pero no me alejo por mucho. El contenido del VHS es, funcionalmente, una obra aparentemente surrealista metida dentro de la película que has pagado por ver. Un círculo de cielo nocturno. Una mujer en un espejo. La palabra “erupción” flotando en el vacío. Gente arrastrándose en el suelo. Un hombre con una mortaja señalando algo que no podemos ver. Un ojo con la palabra “Sada” reflejada en la pupila. Un pozo, y una sombra que se mueve dentro. Y digo “aparentemente” surrealista porque, en realidad, la mayoría de esas imágenes cobra significado concreto más adelante en la trama.

Las imágenes no son inmediatamente aterradoras, pero sí que son ominosas. La música disonante produce incomodidad, y las ideas que la película evoca son extremadamente enervantes. La cosa se pone mucho, muchísimo peor cuando el diablo de la mente hace la pregunta:
Vale, la cinta está embrujada, pero… ¿quién rodó la película?

Cuando me di cuenta de la respuesta, pasé una mala noche. 

https://www.youtube.com/watch?v=1mbo5vHy8dw


#2: La Peor Indigestión (Alien: El Octavo Pasajero, Ridley Scott, 1979)

Image result for alien chestburster

Uno de los trucos más viejos de las historias de terror es engañarte, haciéndote pensar que “no, en serio, el monstruo ha muerto”. La cámara flota sobre el cuerpo del asesino, suena música suave, y los protagonistas suspiran de alivio. Se alejan de la cámara y entonces salta el monstruo de nuevo, malherido pero extremadamente enfadado, y tienen que rematar la faena. Ninguna película lo ha hecho tan bien como Alien: El Octavo Pasajero. De hecho, lo hace tan bien que lo hace dos veces.  

Alien, igual que Terminator (hablaremos luego de esa), tiene exactamente dos películas buenas, y casualmente tienen el mismo patrón: una obra maestra de terror, una película de acción muy buena y el resto porquería. La primera película de la serie es, además, peculiarmente básica y simple: la tripulación de la nave estelar Nostromo, básicamente siete camioneros espaciales, gente normal y corriente simplemente haciendo un curro de transporte, reciben una señal de un planeta inexplorado. Al descender, encuentran cadáveres extraterrestres fosilizados y unos extraños huevos. Kane (John Hurt), un miembro de la tripulación, es atacado por una criatura que se le adhiere a la cara como una grotesca combinación de lamprea, mantarraya y araña. Cuando le llevan a la nave para desinfección, todos los esfuerzos para sacarle el parásito son en balde. Al cabo de unas horas, no obstante, la criatura simplemente muere y Kane vuelve en sí, aturdido, pero contento de haber sobrevivido a la ordalía.

Todos celebran. Ya habrá tiempo de escribir informes y demás, pero uno de los suyos está vivo, así que toca una buena comilona. La escena es tranquila, sin música, sin efectos de cámara, y con un buen rollo entre los participantes genuino. Y entonces John Hurt, haciendo honor a su nombre, empieza a sufrir espasmos, como si estuviera teniendo un ataque. El dolor que siente es palpable, como lo es la preocupación de sus colegas. Y entonces su pecho explota en un reguero de sangre, y la cabeza de un extraterrestre asoma. Kane fue infectado, y la cosa se acaba de poner realmente fea.


La escena es famosa, entre otras cosas, por el susto que se llevaron los actores. Sabían lo que iba a pasar en la escena, pero nadie les había dicho que les iban a rociar con sangre a presión, lo que les causó un pánico auténtico. A veces la mejor interpretación es la que no es una interpretación en absoluto.


#3: Los Siete Condenados (Las Aventuras de Tintín, Ep: Las Siete Bolas de Cristal: Parte 2, Stéphane Bernasconi, 1991)

Related image

Es curioso que una de las cosas más aterradoras que hay es no saber qué está causándote terror. Las cosas son menos horribles cuando eres capaz de darles nombre. Pero si no sabes qué está haciéndote gritar, no hay nada que puedas hacer para remediarlo.

El reportero Tintín no es conocido por meterse en situaciones escalofriantes. Sí que es conocido por involucrarse en toda suerte de aventuras emocionantes, viajando por el mundo con su fiel perro Milú y el simpático cascarrabias, el Capitán Haddock. Tintín se ha enfrentado a gánsteres, dictadores, comunistas, conspiraciones criminales, tiburones, ladrones de tesoros e incluso al frío del espacio. Pero ahora se enfrentará al miedo en estado puro.

Para ésta entrada voy a violar una regla personal y hablar sobre una serie de televisión: Las Aventuras de Tintín, la serie de dibujos de Francia y Canadá basada en los cómics de Hergé. Aquí voy a centrarme en el episodio Las Siete Bolas de Cristal: Parte 2. Lo que ha sucedido es que siete exploradores que habían vuelto de una expedición en los Andes han sido amenazados por la maldición de la momia Inca de Rascar Capá. ¡Ridículo!, piensan todos. Pero, uno a uno, cada explorador es atacado en su habitación. Una bola de cristal es arrojada a sus pies y el explorador cae en letargo. ¿Acaso la momia ha cumplido su venganza? Unos días después, Tintín recibe la llamada telefónica del hospital donde se hospedan las siete víctimas. Según parece, un extraño fenómeno tiene lugar con una regularidad pasmosa. Sacan a la esposa de uno de los exploradores de la habitación, ya que nadie debería ver a sus seres queridos en lo que está a punto de acontecer.

Da la hora. Todos a la vez, en un coro de demencia, abren sus ojos como platos, y sus bocas empiezan a gritar. Y gritar. Y gritar. Gritan como si alguien les estuviera arrancando el alma de sus huesos. Gritan como si el Abismo fuera a engullirles. Gritan como si huberan divisado al coloso alzándose entre las brumas del mar. Gritan como si demonios invisibles les susurraran secretos espantosos en el oído, como si sus ojos y sus dientes trataran de escapárseles de la cara.


Y no están gritando a algo, o por algo. Simplemente gritan tan fuerte como pueden hacerlo. La escena es extremadamente breve, pero la he tenido clavada en la mente desde chiquitín. Esta escena, por corta que sea, evoca una especie de espanto trascendental que parece ir más allá de otras formas de pavor. Lamentablemente, la explicación llega en la secuela, El Templo del Sol: Parte 2, lo cual reduce considerablemente el horror incomprensible de este momento, pero no deja de resultarme espeluznante cada vez que la veo.

Nota: El link da al episodio completo. Para ver la escena, busca Tiempo 11:46.
https://www.youtube.com/watch?v=7LXZ4TQQp3k

#4: De entre las llamas (Terminator, James Cameron, 1984)

Image result for terminator stop motion fire

No todo el terror es de tipo psicológico: un monstruo auténticamente horrible es perfectamente capaz de hacernos arruinar los pantalones. Para mí, unos de los monstruos más pavorosos es Terminator, el Exterminador. La gente tiende a olvidarlo, pero el robot asesino de Arnold Schwartzenegger empezó como una criatura verdaderamente aterradora. No fue hasta la secuela, Terminator 2: El Día del Juicio, que se convirtió en un héroe de acción, y la tercera, Terminator 3: La Rebelión de las Máquinas, que se convirtió en un chiste sin gracia. Y por algún motivo vamos por la sexta. Deprimente.

La cuestión es que Terminator es una película de terror con un monstruo poco convencional, ya que no usa garras ni embrujos, sino rifles y escopetas. La joven Sarah Connor (Linda Hamilton) es perseguida por las calles de Los Ángeles por un asesino despiadado e imparable (Arnie), pero recibe la protección de un vagabundo llamado Kyle Reese (Michael Biehn). Kyle le explica que tanto él como su cazador son de un futuro donde el súper ordenador Skynet ha devastado la mayor parte de la humanidad y usa un ejército de máquinas para eliminar a los que quedan. Sarah es la madre del líder de la resistencia, la mayor esperanza de nuestra especie. Skynet, con la intención de matar a la serpiente mientras aún está en el huevo, envió atrás en el tiempo a un Exterminador T-800, un robot asesino capaz de infiltrarse en la sociedad y hacerse pasar por humano gracias a la capa de carne y piel sintética que tiene por encima de su endoesqueleto metálico. Si mata a Sarah Connor, la Humanidad se quedará sin salvador. Kyle es el guardaespaldas enviado a protegerla. Aunque Sarah duda de él por motivos obvios, varias huidas por los pelos y una matanza en comisaría acaban convenciéndola de la cordura de su protector. Al T-800, al fin y al cabo, no se le puede intimidar, sobornar ni negociar con él, pues carece de piedad, miedo o remordimientos, y ha matado a mucha gente para llegar hasta Sarah con fría eficiencia y letalidad.

Llegando el final de la película, el Exterminador no ha dejado de perseguir a Kyle y Sarah. Le han disparado, atropellado, lanzado explosivos y le ha arrollado un camión. Lo más que le ha hecho eso ha sido dañarle la pierna un poco y levantarle la piel de la cara, revelando su siniestro ojo cibernético. Ahora está conduciendo un camión cisterna, dispuesto a aplastar a su objetivo. La persecución es intensa, pero Kyle logra meter un explosivo en el tubo de escape, causando una explosión gigantesca que vaporiza el camión al completo. El asesino está muerto y Sarah está a salvo.

Por desgracia para ellos, justo cuando suspiran aliviados y alegres, algo se mueve entre los escombros ardientes. Con la carne sintética quemada, un esqueleto de metal, una especie de Quinto Jinete del Apocalipsis, se alza entre las llamas. Contemplad el T-800 en toda su monstruosa gloria. A nivel literal, es el monstruo invulnerable, dispuesto a cumplir su cometido sin importar lo que le hagas. A nivel simbólico, es la furia infinita de Skynet alzándose entre las llamas del Armagedón. No escaparás a su mirada electrónica, ni a sus garras metálicas. No puedes evitar tu final.

La persecución que sigue, con Kyle, Sarah y el T-800 bastante malogrados en una planta siderúrgica es realmente memorable. La criatura fue animada con tecnología de Stop-Motion, y lo cierto es que resulta extremadamente inquietante. Bastante más aterrador, me atrevo a decir, que cualquier versión digital (incluyendo el T-1000). El director James Cameron dijo que ésta escena y, en realidad, toda la película, fueron el fruto de las pesadillas que tuvo durante una fiebre realmente mala. La verdad es que me lo creo. El T-800 alzándose entre las llamas, imparable e impertérrito es, francamente, el material del que están hechas las pesadillas. 



#5: ¡Hay que desfibrilar! (La Cosa, John Carpenter, 1982)

Image result for the thing defibrillator

A veces el miedo se expresa de manera sutil, como una idea horrible que penetra poco a poco en la mente. Otras veces explota en la cara en una marea de violencia, sangre y espanto. No obstante, esa explosión sólo funciona si es la culminación lógica de un pavor más insidioso que se ha infiltrado de manera paulatina en la película. No es un mero susto (lo que llaman un “jumpscare”), ya que contiene sustancia narrativa, no sólo la textura superficial del terror. Ejemplos como éste son la aparición de los Cenobitas en Hellraiser, la fuga de Haníbal Lecter en El Silencio de los Corderos o la madre de Norman Bates acuchillando a Janet Leigh en la ducha en Psicosis. Para mí, no obstante, la quintaesencia de éste tipo de escena de horror tiene lugar en La Cosa de John Carpenter (no he visto la versión que produjo Howard Hawks y no me he molestado en recordar nada de la de 2011).

En ésta obra maestra doce hombres trabajan en una estación en la Antártida, aislados del resto del mundo a causa de las tormentas glaciares, cuando descubren una entidad alienígena capaz de adoptar la forma de las criaturas que asimila e infecta, o de desarrollar toda suerte de apéndices monstruosos y grotescos. Cualquiera de entre los doce podría ser la Cosa. Deben impedir que el monstruo escape de su confinamiento en la Antártida, pues podría infectar todo el planeta si escapase. Tienen lanzallamas para destruir el monstruo, pero no pueden fiarse de nadie: si se quedan a solas con la Cosa, ésta podría infectarles a ellos también.

La paranoia incrementa. Los perros han muerto. Uno de los hombres ha sido infectado, y han tenido que incinerarle. Han saboteado las muestras de sangre. Blair (Wilford Brimley) ha enloquecido y han tenido que encerrarle. El piloto de helicóptero MacReady (Kurt Russel) ha sido abandonado en la nieve, y ha vuelto, aterido, extremadamente cabreado y armado con un lanzallamas (Nota: Nunca cabrees a un tío con un lanzallamas, la cosa suele acabar mal). Norris (Charles Hallahan) parece sufrir un infarto, y el Doctor Copper (Richard Dysart) se prepara para desfibrilarle. Todos dentro se están acusando mutuamente. El desfibrilador golpea el pecho de Norris y… ¿cómo explicarlo?
Vemos de primera mano la obscena monstruosidad de la Cosa. El pecgo de Norris se abre como si fuera una boca con dientes enormes, y le cercena las manos al Doctor, que muere en el acto. Todos dejan de discutir. Del pecho abierto erupciona una columna de carne, con figuras a medio formar (probablemente de criaturas a las que imitar). La Cosa chilla con una voz que no es de éste mundo. MacReady dispara su lanzallamas, pero un fragmento de ése horror cósmico se separa, la cabeza de quien creían era Norris, y desarrolla patas y se trata de escabullir. Aunque también logran incinerarla a tiempo, los problemas de ésta gente sólo pueden ir a peor a partir de ésta escena.


Ésta es posiblemente la escena más icónica de la película (la cual tiene unas cuantas escenas de lo más icónicas), pero es la culminación perfecta para una montaña de paranoia que se ha estado acumulando, además de ser una de las mejores secuencias de gore jamás rodada. Y los efectos especiales empleados son realmente asombrosos, empleando una compleja combinación de marionetas y animatrónicos que todavía me dejan pasmado, además de estar entre los mejores diseños de monstruos de todos los tiempos. Espantosamente magnífico.

https://www.youtube.com/watch?v=JjIXwkX1e48



Aquí os paso el link al artículo paralelo de Miguel en El Vertedero de las Ideas:
https://elvertederodeideas.wordpress.com/2019/10/31/top-5-escenas-de-terror/?fbclid=IwAR2iGUM2TtdAD20sLhWaab7DIjN5IL6L32ep6HRJgvM2HeYkMVNeZfZY5xI

Y de Leticia en La Pesada:
https://lapesada.wordpress.com/2019/10/31/top-5-escenas-de-terror/?fbclid=IwAR1Hl4yfenSZEu2z1h-iSB439OmrTIWZihxGSq8LkADkf-Nyw3R0KZ7dsio

Gracias por leer. ¿Estás de acuerdo, o en desacuerdo? Comenta y comparte, y estáte atent@ a artículos futuros. ¡Hasta la vista!

La semana que viene, practica tus artes de oratoria para Cinco Grandes Monólogos. ¡Hasta pronto!

Resultado de imagen de spongebob nosferatu gif

No hay comentarios:

Publicar un comentario