¡Pisa el acelerador y dale al nitro, haz rugir el motor y chirriar el asfalto, porque soy un tanque de gasolina, nena! Nada como una buena persecución para subirle a uno la adrenalina y acelerar el pulso.
Mi amigo Miguel, de El Vertedero de las Ideas, Leticia, de La Pesada, y yo, nos hemos propuesto a hablar de Cinco Escenas de Persecuciones, cada uno en su blog. Al final de éste artículo encontraréis un link a sus respectivos blogs.
Lo que caracteriza a una persecución frente a otros tipos de escenas de acción es la velocidad: la parte fundamental es que seas capaz de determinar la posición relativa de los contendientes según tratan de darse alcance o adelantarse mutuamente, independientemente del medio (el tipo de vehículo empleado) o el objetivo (ya sea una competición deportiva, una fuga o una misión suicida). Quisiera recomendar el vídeo de Youtube de Patrick H. Willems: Cómo hacer una escena de acción perfecta, el cual emplea una de las persecuciones más entretenidas de todas como ejemplo perfecto. https://www.youtube.com/watch?v=yrwdBw4Gnuk
Y ahora ¡acelera!
#1 ¡Qué día! ¡Qué hermoso día! (Mad Max: Furia de la Carretera, George Miller, 2015)
Recuerdo cuando
fui a ver ésta película al cine con mi hermano, la cuarta entrega de la serie,
después de casi treinta años sin volver a aparecer. Conocía la saga de
persecuciones postapocalípticas australianas Mad Max por reputación, pero nunca había visto ninguna. Nos
esperábamos una entretenida película de acción dura. No nos esperábamos una
obra de arte trascendental y uno de los mayores chutes de adrenalina del siglo.
En el desierto
radioactivo de Australia (el del futuro post-guerra nuclear, no el actual), Max
Rockatanski (Tom Hardy) se alía con la guerrera-camionera Imperator Furiosa
(Charlize Theron) a bordo de un Camión de Guerra para evadir las fuerzas
motorizadas del malvado patriarca Immortan Joe (Hugh Keays-Byrne) y transportar
a su harén a una tierra virgen donde no serán usadas como úteros andantes. La
trama es extremadamente simple, pero a la vez profunda (mezclando temas de
feminismo, redención y revolución) y realmente bien contada, empleando a fondo
el lenguaje del cine por encima de la palabra hablada.
Cada escena es
más delirante que la anterior, cada combate, cada asalto, cada momento
incrementa más y más la emoción. La película entera es una persecución de dos
horas (con varias escenas de tranquilidad para dar contexto y yuxtaposición),
con lo que escoger una sola secuencia raya en lo imposible. ¿Qué escojo? ¿La
parte en la que un coche que parece un erizo hecho de espadas es repelido por maníacos con
lanzas explosivas? ¿La vez en la que moteros asesinos dan piruetas sobre el
camión mientras arrojan cócteles molotov? ¿Qué tal cuando una horda motorizada entra a saco en mitad de una tormenta de arena de proporciones bíblicas? Le
tengo cariño a la persecución nocturna en un pantano con un psicópata ciego
disparando dos ametralladoras a boleo. Pero no, lo mejor de todo es cerca del
final, cuando los héroes, acompañados por las Yayas del Infierno, deciden embestir a través de las fuerzas de Immortan
Joe y el camión es abordado por bárbaros sobre pértigas, armados con motosierras al son de un tío tocando una
guitarra eléctrica lanzallamas. Es el metalgasmo definitivo.
Es…tan…hermoso…
Otras persecuciones con gran nivel de destrucción automovilística incluyen Bullit, Goldfinger, Blues Brothers: Granujas a todo ritmo, Speed, Terminator, Terminator 2: El día del Juicio y el resto de la serie Mad Max.
https://www.youtube.com/watch?v=SfKyuO1G5pQ
https://www.youtube.com/watch?v=KNZ_ICh1SfI
#2 La Trinchera de la Estrella de la Muerte (La Guerra de las Galaxias, Episodio 4: Una Nueva Esperanza, George Lucas, 1979)
Me parece curioso la de veces que he podido poner las películas de la famosa saga espacial como entradas en ésta lista, pero alguna otra obra se interpuso. Ya es hora de corregirlo con la siguiente entrada: la Batalla de la Estrella de la Muerte (la original, no las dos o tres copias posteriores). En una combinación de efectos especiales revolucionarios, una historia sencilla pero agarradora con personajes memorables y la trepidante banda sonora de John Williams, George Lucas creó una de las mejores escenas de batalla y persecución de todos los tiempos.
En la primera entrega de esta saga (curiosamente denominada "Episodio 4"), el malvado
Imperio Galáctico ha enviado su mega-arma, la Estrella de la Muerte, una
estación espacial colosal capaz de atomizar planetas enteros, a la base de la
Alianza Rebelde. El joven e intrépido Luke Skywalker (Mark Hamill) se une a los
rebeldes, pilotando un caza estelar Ala X y lanzándose al asalto. Si los
rebeldes consiguen meter un torpedo de protones por un estrecho conducto,
deberían ser capaces de alcanzar su reactor central, provocar una explosión en cadena, destruir esa monstruosidad y salvar a la Alianza
Rebelde.
El concepto
básico de la batalla es ingenioso. Originalmente, los héroes debían enzarzarse
en una batalla aérea en un área de la Estrella de la Muerte, como una especie
de partido de fútbol mortal. A causa de varias complicaciones técnicas, se
decidió que, en vez de eso, los héroes debían meter sus pequeños cazas por una
franja en el hemisferio de la estación espacial (la llamada “Trinchera”),
convirtiéndose así en una carrera, con las naves rebeldes evadiendo los
disparos de las torretas y los cazas imperiales a su cola mientras se acercan a su objetivo.
Además, la persecución presenta revés tras revés, con nuevos héroes y villanos
uniéndose a la batalla, giros, muertes súbitas e incluso la voz de un fantasma
dándole a nuestro valiente Luke una valiosa lección. Y el final está entre los
más satisfactorios de todos. Un clásico, sin lugar a dudas.
Otras persecuciones de ciencia-ficción incluyen varias instancias de Ghost in the Shell, el comienzo de Dredd, Deadpool 2, Rocketeer, Barbarella volando en brazos de un ángel macizorro y la caza del Joker en El Caballero Oscuro.
https://www.youtube.com/watch?v=2WBG2rJZGW8
#3 La carrera de cuádrigas (Ben-Hur, William Wyler, 1959)
No todas las
persecuciones son sobre matar a tu objetivo. Otras veces son, sencillamente,
eventos deportivos donde se valora la caballerosidad y la sana competitividad. ¡A
tomar por ahí, vamos a por una carrera donde el objetivo secreto es matar al
contrincante!
Ben-Hur (la
versión clásica de protagonizada por Charlton Heston, no la anterior de cine
mudo ni la reciente que no le interesa a nadie) es un rico judío en la Jerusalén
ocupada por el Imperio de Roma que es traicionado por Messala, un romano amigo
de la infancia con quien se desentiende. Judá Ben Hur es deshonrado, desahuciado
y vendido como esclavo. Sólo comprende el amargor y la sed de venganza, excepto
por su breve encuentro con un misterioso judío de Nazaret que predica la
llegada del Reino. Cuando al cabo de los años logra recuperar su libertad,
trata de recomponer su fortuna, para lo cual se inscribe en una carrera de cuadrigas.
Y entonces, sorpresa de sorpresas, sus ojos se cruzan con los de Messala. Aquí
va a correr la sangre. Y sorpresa sobre más sorpresa, Messala emplea un temible
carro griego, armado con cuchillas en los ejes. Probablemente ilegal.
La carrera es
legendaria, un auténtico baño de sangre, con nubes de polvo y arena. Letal, feroz
e intensa, es la escena más famosa de la película por buen motivo y, sin duda,
una de las escenas más icónicas del cine. Una simple carrera convertida en el
escenario de la venganza, emocionante e intenso, pero muy poco deportivo.
Otras persecuciones memorables involucrando caballos incluyen La Diligencia y La Máscara del Zorro. Ésta escena, además, inspiró la carrera de vainas en La Guerra de las Galaxias, Episodio I: La Amenaza Fantasma.
Otras persecuciones memorables involucrando caballos incluyen La Diligencia y La Máscara del Zorro. Ésta escena, además, inspiró la carrera de vainas en La Guerra de las Galaxias, Episodio I: La Amenaza Fantasma.
https://www.youtube.com/watch?v=k6TUgccyzNs
https://www.youtube.com/watch?v=frE9rXnaHpE&list=PLZbXA4lyCtqr8qb6xi2Z8p4JkimdClbC6&index=3
#4 ¡Amo Hero! ¡Mi libertad! ¡Me la prometiste! (Golfus de Roma, Richard Lester, 1966)
¡Y luego dicen que las portadas no representan el contenido! |
Está muy bien
hablar sobre persecuciones donde la vida pende de un hilo y la muerte acecha en
cada esquina, pero tampoco nos debemos olvidar de las persecuciones que se pasan tanto de la raya que se convierten en farsas. Sin duda, las persecuciones son el
tipo de escenas de acción idóneas para las comedias, pues su velocidad
inherente se presta al slapstick.
En lo que a mí
respecta, la persecución más graciosa de todas la tiene Golfus de Roma (la
versión de cine), una comedia musical sobre la Roma Imperial, con esclavos como
Pséudulus (¡Un nombre digno de confianza!) tratando de engañar a sus amos para
obtener su libertad, jóvenes enamorados y bobos como Hero y Phillia tratando de
proteger su amor mutuo, viejos verdes como Sénex persiguiendo faldas,
alcahuetes como Marcus Lycus intentando proveer de bienes carnales, bravucones
como el Capitán Miles Gloriosus fanfarroneando a todo volumen y un pobre diablo como el
esclavo Hysterium procurando en vano no perder la compostura. Añadamos un lupanar,
varios travestis, mucho sudor de yegua y a Buster Keaton y la cosa explota. Es
la clase de comedias donde los engaños, los giros y los planes ridículos se van
apilando y apilando hasta que ya no recuerdas cuándo la cosa se salió de madre,
o si alguna vez hubo algo parecido a la normalidad.
Todo el desmadre
culmina en una persecución de bigas (carros de dos caballos) en la que Hero y Phillia escapan,
perseguidos por Pséudulus (Zero Mostel, acompañado de la espectacular Inga Nielsen), quien exige a Hero su libertad, Marcus
Lycus (disfrazado de mujer; es complicado), que prometió entregar a Phillia al Capitán, e Hysterium, disfrazado de Phillia (es complicado), que quiere que
regresen antes de que sus amos se enteren; a su vez, les persigue Miles
Gloriosus junto a sus huestes de legionarios,
y varios soldados que siguen convencidos de que tanto Marcus Lycus como
Hysterium son bellas esclavas a las que quieren cortejar (es complicado). Ah, y
Buster Keaton también anda por ahí (eso también es complicado). Caídas,
arrastres, saltos entre carros, trampas absurdas, saltos, surf, ésta lo tiene
todo.
Otras
persecuciones cómicas incluyen a Blues
Brothers: Granujas a todo ritmo, La Lego Película y Wallace
& Gromit: Los Pantalones equivocados, por no mencionar la serie de Los Autos Locos.
#5 La sociedad de autopreservación (Un trabajo en Italia, Peter Collinson, 1969)
Por último, no
nos olvidemos de las persecuciones de polis y cacos: mientras los fugitivos evaden
la justicia, las autoridades les dan caza. Éste tipo de persecuciones puede
tomar muchas formas, ya sea un juego de gato y ratón o una auténtica carrera.
Para ésta entrada combinaremos ésta idea con un atasco, tres Minis y una gran
cantidad de encanto Inglés. Un trabajo en Italia (la original de 1969) es un
clásico del género de atracos, como Ocean´s
Eleven (el remake). No es exactamente una comedia, pero su tono jovial y
placentero convierte ésta aventura criminal en un verdadero deleite.
Henry Croker
(Michael Caine en todo su británico esplendor) dirige una operación para la
mafia inglesa en la que él y su gente robarán 4 millones de libras en lingotes
de oro en Turín, justo debajo de las narices de la policía y mafia italianas.
Para ello, han metido un virus informático en la central de control de tráfico
en Turín, causando un enorme atasco que pretenden aprovechar (posiblemente una
de las primeras instancias de hackeo en la historia del cine), provisto por el
Profesor Simon Peach (Benny Hill, quien curiosamente no participa en la
persecución a pesar de ser…ya sabes, Benny Hill). En pleno atasco, abordan el
furgón cargado de oro y llenan sus tres Minis, adecuadamente coloreados rojo,
azul y blanco, y entonces se dan a la fuga. Fuera de Turín les espera el minibús
que les transportará a través de los Alpes.
La persecución a
través de Turín, hecha con saltos y piruetas reales (pero con bastante montaje
de parte de los editores) es de lo más divertida. A primera vista pensarías que
debe ser tensa y trepidante, pero al contrario, es agradable y graciosa, pero sobre todo
ingeniosa. Es difícil añadir palabras a una carrera tan perfectamente ejecutada
y tan icónica, donde tres Minis bajan escaleras, saltan sobre tejados y
recorren túneles mientras los polis que les siguen dan tumbos. Algunas escenas
son clásicas simplemente por su encanto desenfadado y tranquilo, aun en mitad
de una cacería a todo trapo.
Otras
persecuciones criminales memorables incluyen las de Baby Driver, Drive y Bullit.
El link al artículo de Miguel en El Vertedero de Ideas:
y de Leticia en La Pesada:
¡Sigue leyendo, que hay más!
Antes de terminar, deseo hacer un anuncio: voy a dejar aparcado este pequeño proyecto de catalogar escenas de distintos tipos. Se lo propuse a Miguel a finales de Septiembre de este año para darnos a los dos algo en lo que ocupar nuestro tiempo, y fíjate que, al menos en mi caso, mi tiempo se ha ido llenando de otras cosas (mayormente cuestiones profesionales). Puesto que Miguel y Leticia, la cual se nos unió más adelante cuando la invitamos con la infalible lógica de "cuantos más, mejor", han decidido seguir con esto, les deseo lo mejor, tanto con las listas de cine como en su vida profesional y sentimental. Voy a seguir viéndoles los fines de semana, así que este melodrama es un poco excesivo.
Me gustaría concluir con una de mis recurrentes meditaciones pretenciosas. No puedo evitarlo, es la naturaleza de la bestia.
Cuando le propuse a Miguel lo de estos artículos, nos planteamos si expandir el número de cinco a diez escenas, para así no dejar a un lado momentos que nos parecían dignos de mención. Al final decidimos dejarlo en cinco, y creo que fue lo correcto. Por un lado, ello redujo considerablemente nuestra carga de trabajo (lo cual nunca me ha impedido escribir de más), y por otro nos obligó a esforzarnos mucho más la selección de escenas, puliendo nuestros criterios personales. Al fin y al cabo, esto es tanto un ejercicio de escritura como de pensamiento. A nivel personal, también me propuse no organizar las escenas según su calidad pues, para alguien como yo, no resulta factible. Miguel y Leticia sí que pueden hacerlo, lo cual me parece hercúleo.
Al hacer esto he aprendido algo interesante: que, a pesar de haber mencionado escenas realmente buenas, siempre me dejo diez más que merecen atención. Otras veces, releyendo, me doy cuenta de que debería haber quitado una entrada y puesto otra completamente distinta en vez, generalmente dependiendo del día. Trato de mitigar esa posibilidad mencionando de pasada otras escenas de tipo similar. También me he dado cuenta de que hay películas que son realmente buenas pero que carecen de escenas especialmente notables, como El Silencio de un Hombre, en cierto modo suponiendo un ejemplo de un todo que es mayor que la suma de sus partes. En última instancia, sólo puedo decir esto: me alegra haber celebrado y compartido buen arte, pues ese es el único poder que tengo en un blog como éste. Me ha obligado a ver algunas películas nuevas, haber aprendido algo sobre el séptimo arte y pulido mi retórica. Ha sido una experiencia hermosa, y espero volver a embarcarme en proyectos de índole parecida en un futuro. Gracias por leer, no te olvides de compartir y comentar. Ésto no es un adiós, sino un hasta luego. Va por vosotros, pequeños.
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