Imagen del legendario Frank Frazetta |
¿Alguna vez has
soñando con teletransportarte accidentalmente a un planeta alienígena lleno de
espadachines, monstruos tremendos y princesas supermodelos semidesnudas, y encima
tener una fuerza sobrehumana en ese planeta? ¡Bienvenido a la biografía
resumida de John Carter, Señor de la Guerra de Marte!
El personaje de
hoy, a diferencia de los anteriores, no es originario del comic (aunque también
tiene una fuerte presencia en el medio), sino de la literatura. Creado por
Edgar Rice Burroughs, el cual más adelante se convertiría en el autor de
Tarzan, sus aventuras comienzan en “Una Princesa de Marte”, escrita en 1917. Supuestamente
un documento autobiográfico recopilado por su sobrino (Burroughs), John Carter
nos cuenta que es un veterano de la Guerra Civil Estadounidense, un caballero, espadachín
y buscador de oro que, de manera imprevista mientras exploraba una mina,
aparece en la superficie del planeta Marte (llamado Barsoom por sus nativos). ¿Cómo
sabe que es el Planeta Rojo? Pues no tengo ni idea, pero lo sabe perfectamente.
Sus aventuras se hacen más y más impresionantes a partir de ahí. Conoce a los gigantescos, violentos y geniales Hombres Verdes,
haciéndose amigo de uno llamado Tars Tarkas, y obteniendo por mascota un enorme
perro alienígena llamado Woola. Además, empieza a aprender a comunicarse telepáticamente,
como el resto de marcianos, y descubre que, gracias a la reducida gravedad de
Marte, sus músculos terráqueos son inmensamente más poderosos, permitiéndole dar
brincos sobrehumanos y matar alienígenas de cuatro metros de altura de un puñetazo
en la cara. Y también se enamora de Dejah Thoris, princesa de la ciudad-estado
de Helium. Ella es una Marciana Roja (con la piel de color cobrizo, desnuda y
cubierta de joyas), y una belleza de primera. Sus aventuras durante las tres
primeras novelas lo llevan por todas partes, rescatando constantemente a la
princesa (con la que luego se casa), peleándose contra docenas de
civilizaciones, explorando el planeta moribundo, enzarzándose en duelos y
peleas de gladiadores, descubriendo civilizaciones ocultas y tecnologías extrañas,
haciendo amigos y enemigos y liderando ejércitos. Y si, dándole un hijo a la
espectacular Dejah Thoris.
Burroughs, al
escribir “Una Princesa de Marte”, se las apañó para inventar, simultáneamente,
tanto a los superhéroes como el llamado Romance Espacial (que luego se desarrollaría
hasta convertirse en Ópera Espacial). El primer caso es el proceso opuesto de
la historia de Superman: un hombre viaja de la Tierra a otro planeta donde,
gracias a la interacción de su fisonomía con el entorno alienígena, obtiene habilidades extraordinarias
que usa para poner las cosas en su sitio y ser un héroe. Si investigas un poco,
descubrirás que muchos héroes espaciales durante los años 30 y 40 seguían
preceptos muy similares. En el segundo caso, digamos que sin John Carter no tendríamos
a Flash Gordon ni a Buck Rogers…y por tanto no tendríamos a Luke Skywalker ni
al Capitán Kirk, ni a Ripley ni por supuesto a Jake Sully y a los Na'vi. No exagero. Y sin Dejah Thoris no tendríamos a la Princesa
Leia en bikini dorado. Solo digo.
Los Marcianos Verdes son los aliens mas molones de la historia de la literatura. |
El tono de las
tres novelas originales (Una Princesa de
Marte, Los Dioses de Marte y El Señor
de la Guerra de Marte) es bombástico y grandilocuente, pero nunca aburrido
ni cargante. Acaso un pelín pretencioso, Burroughs, fingiendo ser John Carter,
nunca usará una palabra pequeña cuando pueda emplear una grande y rimbombante. Esto
hace que, sin duda, la lectura de estas novelas sea aun más entretenida y
fascinante, leer un estilo de escritura a la vez familiar y distante. De las
tres, la mejor es sin duda la primera, pues las dos siguientes son un poco
repetitivas con el tema de “rescatar a la damisela en apuros”, pero siguen
siendo lectura recomendada. Hay unas cuantas novelas más ambientadas en
Barsoom, algunas de las cuales siguen las aventuras de John Carter, otras de su
hijo Carthoris, de la hermosa Thuvia o de otros aventureros terrícolas, pero de
ellas no sé nada. También hay una película de Disney titulada simplemente “John
Carter”, de 2012, que fue un desastre en crítica y taquilla. No sé, yo pienso
que estaba bien.
Naturalmente,
mucho se puede decir en contra de las novelas de Barsoom, principalmente de su
actitud visiblemente imperialista: se trata de un hombre blanco americano que va a un lugar nuevo y exótico al que
conquistar por la fuerza (por su asombrosa fuerza, muy superior a la de los locales) . No solo eso, sino que demuestra ser más hábil y mejor
que los nativos en su propio territorio. Y se acaba casando y teniendo un hijo
con una nativa. Y acaba siendo él quien une a los dispares pueblos de Marte
bajo su único mandato (porque no lo iban a hacer por si mismos)…visto así, es
bastante, digo muy, colonialista. También
están los temas de las relaciones entre razas y entre sexos, y el de la
esclavitud, tratados de un modo que hoy en día podría considerarse poco menos
que políticamente incorrecto.
Pero estas críticas
no alteran los hechos: la trilogía original de Barsoom (Una Princesa de Marte, Los Dioses de Marte y El Señor de la Guerra de Marte) es un hito literario, no tanto por
su calidad y complejidad temática y estilística, sino por la influencia que ha
ejercido, desde el día de su publicación, en la ficción popular.
Y ahora miradles a los ojos y decidme que no son igualitas. He dicho los ojos.
Y ahora miradles a los ojos y decidme que no son igualitas. He dicho los ojos.