Bienvenidos a mi lista de los 50 mayores villanos de la historia del comic. Si no sabes de qué va la cosa, y el titulo no te da suficientes pistas, este link te enviará a la introducción: http://larealidadlaficcion.blogspot.com.es/2016/04/top-50-mayores-villanos-del-comic.html
Asimismo, si deseas leer la lista de los numeros #50 a #41, sigue este link: http://larealidadlaficcion.blogspot.com.es/2016/04/villanos-de-comic-50-41.html
Dado que deseo comentar algunas de las proezas más horribles y memorables de la mala gente que puebla el Noveno Arte, habrá SPOILERS. Si estos no te importan demasiado, sigue leyendo. No obstante, si no deseas saber lo que sucede al final de las siguientes historias, porque estás leyéndolas, no leas las entradas que te indico. No obstante, el propio título del comic puede dar una pista. Además, algunas de estas fechorías tuvieron lugar hace más de treinta años, y ya forman parte de la sabiduría popular de los comics, así que es posible que ya sepas lo que hicieron.
X-Men: Dias de futuro pasado: No leas la entrada #9
Daredevil: renacido: No leas la entrada #8.
JLA: La Torre de Babel: No leas la entrada # 5.
Justicia: No leas la entrada #4.
Los 4 Fantásticos: Lo Impensable: No leas la entrada #2.
Batman: Una muerte en la familia y Batman: La Broma asesina: No leas la entrada #1
¡Ya estamos en el Top 10! ¿Qué villanos y villanas de son los mayores, mejores y más interesantes de la historia del comic? ¿Crees que adivinaras los malos y el orden en el que aparecerán? ¡Hagan sus apuestas, damas y caballeros! Antes de empezar, quería agradeceros que hayáis leído esto hasta el final habiéndome aguantado. Y si no lo habéis hecho, a lo mejor queréis también leer el resto de la lista.
Empieza la cuenta atrás…
10-EL JUEZ MUERTE Y LOS JUECES OSCUROS
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El crimes esss la vida...la pena esss...LA MUERTE! |
La Ley en los comics es una cosa curiosa. Todo el mundo parece querer
defenderla y trabajar en su favor, pero muy pocos tienen una idea clara de en
qué consiste. La Patrulla X trata de defender a los inocentes de villanos, pero
ellos son a menudo proscritos; Batman caza y captura criminales, pero él es un
justiciero enmascarado; Daredevil es un abogado de día y un justiciero de
noche; los Linternas Verdes y sus jefes, los Guardianes del Universo, tratan de
establecer la Ley a través del cosmos, pero nadie pregunta si los planetas así
regulados aceptan su soberanía como algo legítimo. Y ni mencionemos a sus
némesis, el Sinestro Corps. Uno de los pocos héroes de comic con una posición
clara con respecto a la Ley es el Juez Dredd, el brutal policía de la megalópolis
futurista de Mega-Ciudad 1. En los confines de esa ciudad, que abarca toda la
Costa Este de los desaparecidos EE.UU. y sus 800 millones de habitantes, él,
como tantos otros Jueces que patrullan la urbe, posee todos los poderes de
policía, soldado, juez, jurado y ejecutor. Es un agravio a la división de
poderes, pero por lo menos su papel está clarísimo.
En Mega-Ciudad 1 hay
muchos crímenes, y cada uno de sus habitantes es un perpetrador en potencia.
Hay crímenes grandes, como participar en guerras vecinales y dirigir bandas
armadas, pero también hay crímenes pequeños que merecen su castigo:
cruzar con el semáforo en rojo es un crimen, como también lo es el grafiti,
poner la música demasiado fuerte y fumar en zonas libres de humos. Pero incluso
algo como eso puede complicarse sobremanera, y las definiciones de lo que constituye
un crimen parecen cambiar según el Juez en cuestión. Y si Dredd (cuyo nombre es
homófono a “dread”, que en inglés significa terror)es duro pero justo, el Juez
Muerte es absolutamente despiadado. Para él, todo es un crimen, y existe una
única sentencia (y, a juzgar por su nombre, la sentencia no es multa y una leve reprimenda).
Procedente de una
dimensión paralela a la de Dredd, Sidney De’ath, creado por John Wagner, Alan
Grant y Brian Bolland, era un Juez obsesionado con la tortura y el fin de la
existencia. Excepcionalmente cruel y destructivo, disfrutaba más de la cuenta
al aplicar sentencias, las cuales eran siempre más severas de lo normal. Casi
todas ellas, como ya estarás adivinando, eran la pena de muerte. Contactó con
dos seres, una especie de brujas no-muertas demoniacas, las hermanas Fobia y
Náusea. Por medio de sus habilidades sobrenaturales, transformaron a De’ath en en un monstruo del inframundo, el Juez Muerte (Death). Habiéndose
desprendido de su estatus de vivo, y haciéndose llamar Juez Muerte, puso en
marcha su sueño de un mundo sin crimen. Tal como lo razonó, sólo los vivos son
capaces de cometer crímenes, por lo que la vida misma tiene que ser un crimen.
Y la vida solo puede tener un castigo posible: la muerte.
El Juez Muerte posee
poderes de ultratumba, que le convierten en un adversario temible. Ya que no
está vivo, es fundamentalmente inmortal, y, cuando su carcasa terrenal es
destruida, es capaz de poseer el cuerpo de quien esté cerca. Asimismo, es capaz
de usar sus manos como si fuera un fantasma, atravesando la materia sólida, lo
que le viene de maravilla cuando desea ejecutar a un ciudadano al que considera
criminal: insertando sus manos en el pecho de la víctima, y estrujando su
corazón hasta que revienta. Siendo esencialmente imparable, Muerte se dedicó a
exterminar a todos los criminales en su mundo, y nadie se lo pudo impedir.
Otros tres Jueces se unieron a su causa, obteniendo una variedad de poderes: el
Juez Fuego usa su tridente flamígero para incendiar edificios y chamuscar
carne; el toque del Juez Mortis acelera el deterioro, causando la muerte y
descomposición instantánea de aquel a quien agarre; y el Juez Miedo se quita su
máscara para enseñar su rostro a sus víctimas, recitando su mantra de ejecución
(“Contempla el rostro del miedo”). La visión es, al parecer, tan aterradora que
los corazones de quienes ven su cara se detienen y mueren.
A modo de unos viles
Cuatro Jinetes del Apocalipsis, los Jueces Oscuros exterminaron toda la vida de
la Tierra en su dimensión, y buscan constantemente la manera de invadir el
mundo de Dredd y pasar sentencia sobre todos los humanos. Al fin y al cabo, la
Ley se ha de aplicar siempre, sin importar el lugar, y hay muchos criminales en Mega-Ciudad 1. Por suerte, el Juez Dredd, y su
habitual compañera, la Psi-Juez Anderson, siempre han estado ahí para detener
los malvados planes de Muerte. Las matanzas que causan estos cuatro villanos
siempre son inmensas. Ya sea en historias como Días de Caos o en la homónima Los
Jueces Oscuros, estos pavorosos villanos siempre han usado una combinación
de sus poderes sobrenaturales y temibles tecnologías futuristas como aparatos
de viaje interdimensional y generadores de campos de fuerza capaces de aislar
rascacielos enteros. No obstante, su mayor triunfo tuvo lugar durante la
historia Necrópolis. Dredd había
abandonado su ciudad, rumbo al desierto radioactivo de la Tierra Maldita, y esta había sido dejada a
cargo del Juez Kraken quien, bajo la influencia de los Jueces Oscuros y sus
aliadas, Fobia y Náusea, declaró ilegal toda la vida. Su reinado duró varios
meses, y varios miles de civiles eran ejecutados cada día por el crimen de
vivir. Para cuando Dredd regresó del desierto, habían sido aniquilados 60.000.000
de ciudadanos.
En lugar de ser un reflejo
oscuro o un opuesto diametral del héroe, estos villanos son, en realidad, la
aplicación de sus ya cuestionables ideales llevados a su extremo lógico. El
fanatismo que siente Dredd por la Ley es meramente enorme, mientras que el del
Juez Muerte es exagerado. Los Jueces Oscuros son una fuerza aterradora y
monstruosa, pero resultan tan exagerados que son extrañamente divertidos. Hay
algo en esas inmensas matanzas y su aplicación demencial de la ley absoluta que
resulta cómico por lo absurdo. Y a los Jueces Oscuros no les falta familiaridad
con lo ridículo. Una de las mejores escenas de comic que yo haya leído tuvo
lugar en Los Jueces Oscuros, en la que los villanos aparecen por vez primera
aislando un mega-edificio en un campo de fuerza y se ponen a masacrar a todos
sus habitantes. Dredd y Anderson logran penetrar la barrera, pero se enfrentan
a los malos de manera aislada. El Juez Miedo se abalanza sobre Dredd, abriendo
su casco y recitando sus infames palabras: “Contempla el rostro del miedo…”.
Dredd se asusta, pero inmediatamente se recompone. Y su respuesta no tiene
precio.
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¡Contempla el puño de Dredd!
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9-GALACTUS
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¡YO SOY GALACTUS, DEVORADOR DE MUNDOS! ¿QUIÉN OSA INVOCAR MI NOMBRE?
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Hay grandes villanos, y luego hay villanos GRANDES. Galactus, creado por
Stan Lee y Jack Kirby, es ambas cosas. Es tan grandioso que apenas puede ser
encuadrado en la misma viñeta que el resto de personajes. Es tan inmenso que su
hambre solo puede ser saciada devorando planetas. Es tan poderoso que la “G” de
la hebilla de su cinturón podría no ser la inicial de su nombre, sino de su
estatus (“God”, en inglés “Dios”). Cuando el gigante se despierta de su sueño y
camina entre las estrellas, ¿quién podría detenerle?
Pregúntale a los Cuatro Fantásticos.
Esta serie de comic, pionera en tantas cosas, trajo al noveno arte una tremenda
revolución en lo que podía ser logrado con superhéroes, al igual que con
supervillanos. Los malos ya no eran solo cuestión de panolis disfrazados con poderes
desaprovechados a los que se podía despachar de un guantazo en la boca. Con
Galactus, la escala había cambiado. La mera fuerza y los actos de súperheroismo
convencionales ya no valían. Había que pensar a otra escala, con otros parámetros.
Galactus, antaño llamado Galan,
procede de una era tan antigua que pudo contemplar el fin del universo anterior
y el comienzo del nuestro. Imbuido del misterioso Poder Cósmico, prácticamente ha
olvidado el tiempo en el que era un mero mortal. Ahora, sus inmensos poderes le
dan una fuerza imposible de medir, y un hambre equiparable. Suele enviar por
delante a un Heraldo, un campeón escogido para llevar un fragmento de su Poder Cósmico
y explorar los astros en busca de planetas que su señor pueda devorar. Porque
el hambre de Galactus solo puede ser saciada con planetas con suficiente energía
como albergar vida. Cuando su Heraldo (el más famoso siendo Estela Plateada, o
Silver Surfer, quien le traicionaría) encuentra un planeta capaz de sustentar a
su señor, el Devorador de Mundos se abalanza sobre él a bordo de su nave, en
forma de esfera metálica, y extiende los tentáculos de su maquinaria sobre todo
el sitio, transformando su materia en energía, la cual luego absorberá como su alimento.
Haciendo esto, Galactus suele acabar con la vida de miles de millones de seres
cada vez, pero lo único que puede hacer para mantener la cordura es hacer oídos
sordos.
Y ahí está lo más
interesante de Galactus. Mientras que otros mega-villanos de alcance cósmico son,
básicamente, unos cabrones que quieren conquistar/destruir el universo porque
les viene bien, Galactus simplemente desea sobrevivir. No le agrada la idea de
exterminar millares de formas de vida cada vez que desayuna, pero no le queda más
remedio. Por lo general, trata de aguantarse el apetito para evitar iniciar
otra matanza, pero cuando el hambre llama, no puede resistir. Eso es: Galactus
no es mal tipo, pero estamos todos tan por debajo de él, que casi ni se entera
de que existimos, y no tiene sentido que se adhiera a nociones morales como las
nuestras, ínfimos mortales que somos.
Menos mal que Estela Plateada y los Cuatro Fantásticos se
aliaron para detenerle. En la legendaria historia simplemente titulada Trilogía de Galactus, se pudo ver cómo, a
medida que Galactus se aproximaba a la Tierra, la Primera Familia de Marvel tuvo
que viajar a lo largo y ancho del Universo en busca de una manera de pararle
los pies, y la hallaron en la más curiosa de las armas. Era el Nulificador
Definitivo, un diminuto aparato que, de un disparo, es capaz de destruir al
instante y de manera irrevocable la forma de vida a la que apuntase, transformándolo
en “el arma más peligrosa del universo”. Lo interesante es que esa arma también
desintegra al usuario (considéralo una medida para desincentivar su uso
indiscriminado). Mr. Fantástico blandió el Nulificador delante de Galactus
cuando este ya estaba a punto de consumir la Tierra. Si seguía adelante, Mr. Fantástico
no dudaría en destruir a Galactus, muriendo él en el proceso. Si iba de veras o
era un farol, yo no lo sé, pero Galactus se marchó, jurando no volver a por la
Tierra (más adelante faltaría a su promesa; es que tenía, mucha, mucha hambre…). El Nulificador nunca ha
sido disparado, ya que se mantiene como medida disuasoria contra este ser que
devora planetas y que funciona como el motor de la entropía en el cosmos.
8-KINGPIN
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No es gordo, es de huesos grandes. No te rías, que lo digo de veras.
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Es estúpido afirmar que el universo de Marvel es
“realista”, pero algunos de sus personajes más populares medran en entornos
menos fantasiosos que la mayoría de superhéroes, y sus relaciones con el mundo
civil son ligeramente menos inverosímiles que las de la competencia. Cuando le
preguntas a personajes como Punisher o Daredevil, la sociedad es un estercolero
de crimen y malestar. Mira las calles de Nueva
York. Un hervidero de crimen y caos. Clanes de desharrapados durmiendo en las
alcantarillas, prostitutas y proxenetas rondando las calles de la noche,
maleantes y camellos acercándose a niños, polis y diputados untados hacen la
vista gorda; redes de trata de personas secuestran mujeres y niños y los
emplean para sus perversos propósitos, y las redes de tráfico de sustancias
aseguran su lealtad y dependencia. Y eso es solo el crimen organizado, el que
responde ante autoridades superiores. ¿Te has preguntado cómo es posible que
Nueva York, con tal tasa de crimen, no haya estallado aun? La respuesta: Wilson
Fisk, también conocido como Kingpin (que significa “el Cabecilla”), creado por
Stan Lee y John Romita Sr. Aunque originalmente “The Kingpin of Crime” (el mote
completo que suele recibir) era un antagonista de Spiderman, cuando Frank
Miller tomó las riendas de Daredevil, Fisk pasó a ser el enemigo predilecto del Hombre sin Miedo. Y, para ser justos, lo
aprovechó bastante mejor.
Fisk nació de las clases bajas de Nueva York, con un
padre abusivo y un terrible complejo de clase. Se negó a vivir y morir en la
miseria, y decidió abrirse paso hacia el éxito por medio del crimen. Empleando
una eficaz combinación de astucia despiadada y fuerza letal, trepó por la
escalera del crimen organizado hasta alcanzar la cumbre, unificando todos los
dispersos negocios ilegales de la ciudad. Al final, todos, proxenetas y
camellos, sicarios y correveidiles, rindieron honor a Kingpin. Fisk, un mago de
las finanzas sucias y un organizador excepcional, no permite a sus subordinados
que le llamen por su nombre: gusta de llevar una doble vida, una en la cual
Wilson Fisk es un hombre de negocios respetable cuya carrera de ascenso es una inspiración
para el Sueño Americano; su “otra” vida es su auténtica fuente de ingresos.
El amor de una mujer puede obrar milagros en el más
despiadado de los hombres: Lady Vanessa es testigo de ello. Cuando se
conocieron, Fisk trató de dejar la vida del crimen (y cansado de pelearse con
Spiderman), estando a punto de convertirse en un hombre decente durante su
exilio en Japón, junto con su amada. Pero el destino es una dama caprichosa, y
Lady Vanessa fue secuestrada por los nuevos señores del crimen de Nueva York,
lo que arrastró a Kingpin de nuevo a la Gran Manzana. Su regreso fue como un huracán,
lleno de fuego y cadáveres. Las calles habían olvidado quien era su auténtico señor.
En su regreso, contrataría a Elektra, y posteriormente a Bullseye (entrada #18),
y trabaría enemistad con Daredevil, quien se empeñó en interferir de manera
permanente en sus asuntos.
No es difícil menospreciar a Kingpin. Cuando te enfrentas
con él, lo primero que piensas es que es gordo, fofo y lento. Nada más lejos de
la verdad. La absurda masa de Kingpin la compone puro músculo. Puedes creer que
todo puñetazo o patada prácticamente rebota contra él. Y es mucho más veloz de
lo que su rotundez sugiere, entrenando regularmente contra media docena de
entrenadores de artes marciales simultáneamente. Sus ataques físicos son brutales
y demoledores, y las pocas personas que los sobreviven los comparan con
apisonadoras. Si has visto la serie de Netflix Daredevil, probablemente estés pensando en esa escena. Pero lo realmente peligroso de Kingpin es lo diabólico que
es. Los tentáculos de su influencia llegan mucho más allá de Nueva York, y
puede utilizar sus contactos y recursos para arruinar a sus enemigos en todos
los sentidos de la palabra. La historia más grandiosa con Kingpin fue Daredevil: Renacido, posiblemente la
mejor obra de Frank Miller, en la que el Cabecilla del crimen averiguó la
identidad secreta de su némesis (el peor peligro para cualquier superhéroe).
Karen Page, antigua novia del héroe, había sido hallada por los esbirros de
Kingpin en alguna parte de Sudamérica, desesperada por un chute de heroína. A
cambio, le reveló al enemigo de su ex que el abogado ciego Matt Murdock es
Daredevil, el Hombre sin Miedo. Fisk se puso de inmediato a poner el mundo del héroe
del revés. Consiguió que le retiraran la licencia de abogacía, que le cerraran
el local y que todo el mundo pensase que Daredevil era un psicópata. Incendió
su casa, llevándole hasta los límites. Y cuando Murdock, enloquecido, se enfrentó
a él, Fisk le despachó como si fuese un cachorrito. Pero un hombre a quien le
han quitado todo no tiene nada que perder. Daredevil sobrevivió. No había cadáver.
Y la Cocina del Infierno de Nueva York ardió
en los fuegos de una batalla como nunca se olvidaría. Su rivalidad nunca terminó.
Aun a dia de hoy, Fisk controla todos los trapos sucios, los chanchullos y los
tejemanejes de la Gran Manzana. Pero hay un diablo en el abismo que busca su
alma.
7-LOS CENTINELAS
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Mutantes localizados...iniciando protocolo de eliminación. |
La mayoría de villanos pueden peligrosos, e incluso intimidantes, pero son peligros concretos y puntuales. Cuando un villano es capturado o eliminado, su mal acaba ahí. El mal concreto es manejable y controlable, y no asusta más allá de sus efectos inmediatos. Pero luego hay males tan inmensos e impersonales, tan eternos e inexpugnables que son capaces de producir un pavor atávico en quien los contempla. Aunque parezca que hablo de la obra de Lovecraft, de horrores más allá del Velo, en realidad hablo de algo muchísimo peor. Hablo de los Centinelas, los robots asesinos diseñados por la mente y la mano de Stan Lee y Jack Kirby como antagonistas de los comics de los mutantes de la Patrulla X.
¿Cómo van a ser tan espantosos estos robots? Son grandes, pero eso es todo, ¿no? Estas máquinas, diseñadas por el científico Bilivar Trask, fueron creadas con un único propósito: exterminar a todos los mutantes. Lo que caracteriza a los Centinelas es un sistema sensor que les permite detectar mutantes, efectivamente convirtiéndolos en la encarnación literal de la discriminación. Están programados para encontrar a todos los mutantes y asesinarlos. No pueden sentir piedad. No pueden sentir remordimiento. Son campos de exterminio andantes. Ni siquiera les importa destruir un lugar lleno de humanos normales y corrientes si con ello logran eliminar o capturar a un único mutante. Da igual que los mutantes que buscan sean dignos ciudadanos o viles criminales, que su apariencia sea humana o deforme, que sus poderes sean temibles o inofensivos, que sean niños, ancianos o enfermos, cuando un Centinela detecta un mutante, lo cazará sin piedad y si remordimiento. Con otros villanos puedes razonar, o los puedes engañar, asustar o sobornar. Con estas máquinas solo puedes luchar o huir. De alguna manera, el hecho de que los Centinelas ni siquiera sienten odio hacia sus presas lo hace peor: para ellos, los mutantes no son gente a la que odian, sino cosas, objetos que deben ser destruidos. No solo representan lo peor de la discriminación, sino que a menudo son causantes de la misma. ¿Quién querría tener como vecino a personas que atraen la presencia de robots gigantes que lo destruyen todo a su paso?
Por si los sensores anti-mutantes no son una idea lo bastante vil (porque ¿qué podría ser peor que algo cuyo único propósito es impedir que personas de determinada clase vivan con dignidad y paz?), estos robots encima resultan ser gigantescos (alrededor de 6 metros de altura) y extremadamente duros. El diseño original es capaz de soportar disparos de artillería, y lanzan rayos por las manos capaces de destruir edificios. Además, pueden ser modificados para resistir poderes mutantes específicos. La coraza de uno puede hacer rebotar los rayos ópticos de Ciclope, otro resiste las cuchillas de Lobezno y un tercero es inmune a los ataques eléctricos de Tormenta. Y hay más modelos, como los futuristas Nephilim, más pequeños y ágiles pero más inteligentes.
A diferencia de otros villanos, los Centinelas carecen de personalidad, con lo que podría resultar extraño que estén en semejante posición de la lista. La cuestión es que la programación de los Centinelas sobrevivió mucho más que su creador. A lo largo de las décadas, estos androides han aterrorizado a los mutantes de la Tierra, sin descanso, sin piedad y sin hacer caso de fronteras. Son el instrumento de exterminio definitivo para cualquier villano o, peor aún, para cualquier gobierno, que desee la eliminación del Homo Superior. El caso más claro es el del arco argumental Días de Futuro Pasado. El asesinato del xenófobo Senador Kelly a manos de la Hermandad de Mutantes Diabólicos (liderados por Mística, #37) asusta al gobierno estadounidense, el cual decide ampliar la programación de los Centinelas. Ahora, las máquinas deben dar caza a todos los superhumanos de la Tierra, incluyendo a héroes como los Cuatro Fantásticos, los Vengadores y Spiderman. Y, en su oleada de ejecuciones en masa, los Centinelas toman el control de los EE.UU., establecen campos de exterminio y se preparan para invadir el resto de naciones del mundo. En respuesta, el resto de países prepara su arsenal atómico para desintegrar los Estados Unidos. Solo una Kitty Pryde viajando en el tiempo es capaz de evitar el holocausto atómico y el fin de la esperanza en la Tierra. Pero, por más viajes en el tiempo que protagonice nuestra querida heroína, siempre parece haber nuevos futuros sombríos en la que los Centinelas proyectan su inmensa sombra, cuales inevitables acantilados de metal y propósito destructivo.
6-LEX LUTHOR
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Contempla al verdadero Hombre de Acero. |
Dicen que los héroes están definidos por sus
villanos, pero en este caso es al contrario: Lex no sería quien es de no ser
por Superman. Si has visto Superman, El Regreso de Superman, o
Batman v Superman: El Amanecer de la Justicia, sabrás que Lex Luthor, el
archienemigo de Superman, es este tipo con una tupida melena pelirroja, jocoso,
inestable y siempre listo para elaborar planes para estafar hacienda o sin
coherencia lógica alguna. Porque, naturalmente, el enemigo más reconocible de
Superman, el superhéroe más reconocible del mundo, debería ser un falso genio cuyo mayor truco consiste en sacudir un trocito de piedra
verde delante del Hombre de Acero, ¿cierto?
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¡Pero si hasta un Luthor tan cutre como el de
Kevin Spacey lo sabe!
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¡Por supuesto que no, dita sea!
En realidad, Luthor es uno de los personajes más
complejos de todo el Noveno Arte, aunque solo sea por el beneficio de ser uno
de los más antiguos y longevos de todos. Un poco de historia: fue creado por
Jerry Siegel y Joe Shuster, los mismos que dieron vida a Superman, como un
científico loco bastante convencional. Antes que él, habían creado al
Ultra-Humano, la antítesis maquiavélica de Superman, un científico malvado y raquítico,
pero murió antes de tiempo. Así que luego crearon a Luthor, otro científico
loco con ansias de dominar el mundo, pero con bastante más talento para la
supervivencia, y cuyo nombre es “la Ley del Mal”. Este Luthor sí que tenía una
melena pelirroja, pero un accidente de imprenta forzó a los dibujantes a
hacerle calvo. Así que se le dio personalidad al darle motivos de envidia y
rencor para con Superman: fue culpa del Hombre de Acero que Luthor se quedase
calvo, ya que el científico estaba en mitad de un experimento que le reventó en
la cara, y fue el héroe quien le sacó. Pero, al soplarle por error ciertos
gases químicos, estos le debilitaron la cabellera, dejándole como una bola de
billar al instante. Este origen, tan descabellado como gracioso, indica gran
parte de la personalidad de Luthor: tiene un ego gigantesco. Aunque sus proezas
mentales y científicas son dignas de envidiar, a él le sigue importando su
imagen por encima de todo.
Sus trucos no eran exclusivamente emplear kryptonita
contra Superman, ya que inventaba toda suerte de aparatos tecnológicos fantásticos,
como sus botas-jet, era capaz de escapar de la cárcel usando las herramientas
menos probables, viajaba a otros planetas (donde obtuvo groupies), lideraba
organizaciones de supervillanos como la Liga de la Injusticia e, incluso, le
puso las manos a una armadura de combate Apokoliptiana, lo que le permitía
combatir contra el Hombre de Acero usando los puños. Poseía fantásticas bases
secretas esparcidas por el país, e incluso construía naves capaces de viajar
por el cosmos. Sin duda, Luthor era un tipo verdaderamente peligroso, si bien estereotípicamente
malvado. Su gran fuerza como personaje era que representaba la lucha de la
mente contra el músculo e, inusualmente, la mente era la fuerza del villano.
Y entonces tuvo lugar la Crisis en Tierras Infinitas. La historia fue deshecha, y muchos de
los personajes de DC comics fueron reinventados, algunos hasta lo casi irreconocible.
Luthor era uno de esos personajes. Ahora, en vez de un científico obsesionado con
su calvicie y con matar a Superman, Luthor era un hombre de negocios. Menudo
paso para atrás, ¿no? Curiosamente, al contrario. Luthor es ahora un genio de
las finanzas, un mogul que domina dos terceras partes de todos los negocios de Metrópolis,
la ciudad más vibrante y próspera de la Tierra. Además, usa sus cuantiosos
recursos y su prodigioso genio científico para desarrollar toda clase de tecnología,
desde maquinarias avanzadas para hacer avanzar la agricultura y curas para
enfermedades supuestamente incurables…hasta armas de destrucción masiva y
abominaciones genéticas. Todo lo que Luthor hace, lo hace para alimentar su ego
y sus ansias de control.
Desde su trono en la torre de acero y vidrio de Lexcorp,
Luthor vigila su vasto imperio, intocable e imbatible. La gente de Metrópolis
vive y muere bajo sus designios. Tiene negocios legítimos e ilícitos, pero no
le importa. Él no controla la ciudad, él es
la ciudad. O al menos eso era así hasta que llegó ese payaso de azul con
capa roja. Ese sucio extraterrestre venido de otro mundo vino a enseñarles a
los necios que no debían esforzarse en alcanzar un camino de grandeza como
Luthor, sino que simplemente tenían que depositar su confianza en él. Lo
interesante de esta versión de Lex Luthor es lo ambivalente que es: por un
lado, Luthor promueve un ideal casi nietzscheano en el que la especie humana
debe deshacerse de su dependencia de dioses y seres supuestamente superiores,
de tal manera que nosotros, los hijos del planeta tierra, seamos dueños de
nuestro propio destino. Y, para Lex, Superman es el caso más flagrante de un
ser que se cree superior a nosotros que limita nuestra libertad. Por el otro
lado, Luthor es arrogante, mezquino, codicioso, controlador, manipulador y cruel.
En otras palabras, donde Superman representa el Sueño
Americano, en el que cualquier persona de cualquier lado del mundo tiene la
oportunidad de obtener la grandeza, Luthor es su pesadilla: quienes ya han
usado la Tierra de las Oportunidades para obtener la grandeza, explotan ahora
sus ideales para obtener beneficios a costa de todos los demás. Mientras que
Superman tendría todos los motivos del mundo para ser arrogante y dominarnos,
Luthor usa su poder y su vasta influencia para dominar a sus congéneres humanos,
a quienes considera inferior. Además, donde Superman representa un modelo de
masculinidad más sensible e inclinado hacia la empatía y la inteligencia
emocional, Lex pertenece de lleno al tipo de masculinidad tradicional, del que
le sale la testosterona por las orejas. Las emociones son nimiedades, la vida
es un negiocio que debe ganar, las mujeres son suyas para que él las domine.
Todas sus secretarias, guardaespaldas y chóferes son a su vez sus amantes. Su
calva es la orgullosa corona de su reino. Y lo triste es que los conocimientos
y recursos de Luthor le permitirían realizar grandes obras en beneficio de la
humanidad, pero se niega a hacerlo. Por un lado, no le ve sentido a hacerlo si
no puede obtener un beneficio de ello. Por el otro, ¿por qué iba a salvar a la
humanidad, si esta ya ha depositado su confianza en este supuesto salvador,
este invasor extraterrestre que vuela con su capa roja?
Luthor cuenta con una lista asombrosa de fechorías y
calamidades. Desde espionaje y asesinato hasta vender monstros alienígenas
homicidas a dictadores extraterrestres, Luthor no siente reparos en hacer lo que sea para consolidar su propiocontrol. Antiguamente iba a la cárcel por ello pero, en eras modernas, eso
ha resultado ser mucho más difícil. Lex es astuto y casi intocable. Sus crímenes
son realizados por subsidiarias de subsidiarias. Rara vez ha puesto un pie en prisión
desde que se convirtiera en el Verdadero Hombre de Acero, el señor y dueño de Metrópolis.
Por suerte, Superman pudo hacer ver al mundo el monstruo que en realidad es, y
su imperio se debilitó, aunque nunca desapareció del todo. De hecho, pese a años
de crímenes encubiertos y de haber mantenido Metrópolis presa de su dominio férreo,
Luthor, al salir de prisión, trató de iniciar su carrera presidencial en la
historia Presidente Luthor. Al
principio, todo el mundo, superhéroe y ciudadano de a pie, pensó que debía de
ser una broma: ¿Cómo iba este renombrado villano a presentarse como tercer
candidato a la presidencia del país más poderoso del mundo libre? Mas nunca
subestimes el carisma y la influencia de un verdadero hombre: de algún modo,
Lex fue nombrado Presidente de los Estados Unidos de América. Imagínate cómo le
sentaría el asunto a Superman, el eterno cívico, defensor de la Verdad, la
Justicia y la Forma de Vida Americana. El pueblo había hablado, y él sabía que
no debía interferir en el proceso democrático. ¿Cuánto crees que tardó el
Presidente Luthor en declarar una orden de arresto contra Superman, y su amigo
Batman? Muy poco. Muy, muy poco. Su gobierno, aparentemente eficaz, casi le costó
la existencia a toda la gente de la Tierra. Esta historia fue escrita durante
la administración Bush. Ahora, ante la amenaza de una posible Administración
Trump, este comic resulta extrañamente profético.
5-R'AS AL-GHUL, TALIA Y LA LIGA DE ASESINOS
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R'as y sus esbirros, la Liga de Asesinos. |
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Talia, la otra mujer
que le robó el corazón al murciélago.
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Oriente siempre ha resultado exótico y llamativo para
Occidente, y esta tendencia llegó a su punto álgido para el comic en los años
70 y 80. La representación del misterio y peligro del lejano continente culminó
en la forma del poderoso señor de un imperio oculto y su hija. Este hombre es
el villano Bond de Batman: con ejércitos de ninjas, múltiples bases secretas,
planes para destruir y dominar el mundo, esbirros con personalidad e incluso
una chica Bond de primera categoría (enseguida hablo de ella), R’as al Ghul es uno de
los pocos antagonistas del Caballero Oscuro que está en su sano juicio. Lo que
no quiere decir que su comportamiento no sea, en ocasiones, realmente extraño.
Consideremos las circunstancias en las que se conocieron el héroe y el villano.
Unos meses antes, Batman había viajado a Asia para resolver un caso, y había
conocido en el Orient Express a una espectacular
mujer llamada Talia. Se atrajeron de inmediato, pero sus caminos se separaron
por cuestiones profesionales. Unos meses más tarde, Robin había sido
secuestrado por una mano desconocida. Un millonario misterioso llamado R’as, y
su guardaespaldas Ubu, entraron en la Batcueva (habían averiguado la conexión entre
Batman y Brice Wayne simplemente “siguiendo el dinero”), afirmando que la hija
del rico, la hermosa Talia, había sido secuestrada por la misma persona. Juntos
viajaron al Himalaya, donde entraron en una base llena de ninjas. En efecto,
Batman pudo rescatar a Robin pero, para sorpresa de ambos, Talia estaba libre (y
llevando un modelito como para producir infartos), y todo había sido preparado
por R’as. El propósito era comprobar si el Detective (el mote que el villano le
pone a Batman) era un digno pretendiente a la mano de su hija, y un digno
sucesor a su imperio…de ninjas.
En la mayoría de casos, las acciones de los villanos
tienen sentido. Eso no quiere decir que lo que hagan sea justificable o bueno,
pero no es raro que las acciones de uno se vean motivadas por la ira y la sed
de venganza, o por prejuicio, o por la codicia, o por la lujuria o por el
orgullo, igual que la mayoría de villanos de cualquier medio. Algunos incluso
cometen fechorías en el nombre de una posición ideológica más o menos razonable.
Esos motivos no justifican los actos de maldad que llevan a cabo, pero puedes
percibir la lógica que tienen detrás. Pero resulta terriblemente enervante
cuando, al menos un poco, sientes que lo que impulsa al villano no solo tiene
sentido…sino que resulta hasta justificado.
Si algún villano tiene
razón al cometer sus atrocidades, ese seguramente sería R’as Al-Ghul, cuyo
nombre en árabe significa La Cabeza del Demonio. Este antiguo medico árabe
(cuyo nombre real desconocemos) contempló la maldad humana en todas sus formas,
llegando a la conclusión de que la mayoría de los de nuestra especie somos
parásitos, en todos los sentidos de la palabra. Vio cómo los nobles de su
región se aprovechaban de él y de sus seres queridos, cuando descubrió el
milagroso poder de los Pozos de Lázaro. Estos lugares, situados en los cruces
entre las Líneas Ley (según el Feng Shui, las venas de la energía mística de la
Tierra), poseen propiedades sobrenaturales, particularmente la habilidad de devolver
la vida a los muertos. Estos pozos tienen un uso limitado, y pueden ser
profanados, por lo que R’as, procurándose un ejército de seguidores, estableció
bases de operaciones en cada Pozo de Lázaro que hallara. Empleó los Pozos para
obtener algo muy parecido a la inmortalidad y, a lo largo de los siglos, fue
amasando una fortuna cada vez mayor, más y más bases de operaciones y un ejército
gigantesco. Fue él quien fundó la orden Hashashin, en Oriente Medio y,
combinando estos temibles fanáticos con los Ninjas de Oriente Lejano, creó la
Liga de Asesinos, un suministro aparentemente ilimitado de espías y verdugos
profesionales dispuestos a matar y morir por su señor. Por si eso no fuera
poco, la era moderna ha desarrollado tecnologías tan poderosas que cumplir con
sus objetivos resulta cada vez más fácil.
Este inmortal está convencido de que, tal y como la
especie humana está tratando al planeta Tierra, la vida tal y como la conocemos
será insostenible en poco tiempo. Una afirmación extremadamente cierta: el
exagerado consumo de combustibles fósiles, la sobreexplotación de recursos
naturales, la sobrepesca, la tala del Amazonas, la pérdida de especies en
peligro de extinción y la peligrosa alteración de la atmósfera (eso por no
mencionar el manejo de residuos nucleares) amenazan con convertir nuestro amado
planeta en un erial en cuestión de una o dos generaciones. Es necesario detener
esta matanza de nuestro planeta madre (¡Sí!). Hay que detener el malgasto de
sus recursos naturales (¡Eso!). Hay que poner fin al despilfarro y al vertido
constante de agentes contaminantes sobre el agua, el suelo y el aire (¡Claro
que sí, claro que sí!). Para ello, es necesario exterminar el 90% de la
población humana de la Tierra (¡Exacta… ¿Cómo?). Y después de ello, R’as Al-Ghul
se alzará entre los restos de la humanidad y la gobernará (¿Perdona?).
Cualquier héroe que se le oponga morirá a manos de sus ninjas y de sus
poderosas armas (Esto empieza a no molarme nada…). En efecto, R’as Al-Ghul es
un villano con una motivación ideológica muy clara y que, viendo las
circunstancias de nuestro mundo hoy en día, tiene muchísimo sentido.
Aunque las actividades de R’as solo suelen verse
enfrentadas por Batman y su familia, en una ocasión trabó conflicto con toda la
Liga de la Justicia, y estuvo así de
cerca de destruirla en la historia JLA:
La Torre de Babel. Talia, muy a su pesar, robó de los ordenadores de Batman
unos planes de contingencia secretos que este había preparado para incapacitar
a los distintos miembros súper-poderosos de la Liga, y el villano los aplicó
con intenciones letales. Kriptonita roja para Superman, espasmos hiperlumínicos
para Flash, hidrofobia para Aquaman, etc. Mientras la Liga quedaba paralizada,
R’as activó un arma de destrucción masiva realmente original: un dispositivo sónico
que producía afasia en todas las personas del planeta. Nadie podía leer señales
de tráfico, entender comunicados oficiales ni aplicar instrucciones para
aterrizar aeronaves. Era solo cuestión de tiempo que alguien hiciese explotar por
accidente un reactor nuclear. Aunque la Liga pudo reagruparse a tiempo de
impedir el desastre, esta maniobra supuso la expulsión de Batman de la asociación
de superhéroes, ya que había faltado a la confianza de sus amigos al elaborar
planes secretos para eliminarlos a todos.
R’as Al-Ghul, que fue creado por Dennis O’Neil y Neil
Adams, es uno de los villanos con más estilo y categoría que existe. Decora sus
bases de manera exquisita, es un espadachín genial y tiene gran gusto a la hora de vestir. Su hija, la
cual fue una de las principales asesoras de la administración presidencial de Lex
Luthor, tampoco le anda a la zaga en cuestión de elegancia (aunque su gusto por
los escotes es bastante más que ridículo). R’as tiene una relación de extraño respeto
para con Batman. Es una de las pocas personas que conoce su identidad secreta, pero
decide no revelarla nunca por aprecio (lo mismo que le impide invadir su casa
con ninjas, al menos no muy a menudo). Naturalmente, Batman no siente el mismo
respeto por las intenciones genocidas de R’as, pero la cosa se pone mucho más
complicada con la intervención de Talia, creada por Denis O’neil, Bob Brown y
Dick Giordano. La historia entre estos tres se hace más liosa si consideramos
la cantidad de veces que Batman ha matado a R'as (sí, matado; pero no cuenta, porque R’as
puede volver a la vida con los Pozos de Lázaro), y el hecho de que, si él
saberlo, tuvo un hijo con Talia. El chaval, Damian, pasaría a ser el cuarto
Robin, posible heredero de la Liga de Asesinos, y el principal motivo por el que ponerse protección en "aventuras" posteriores. En serio, ese crío
es insufrible. Y R’as constantemente busca atraer a Batman a su lado, para que
forme parte de sus planes. Al fin y al cabo, ambos comparten el sueño de un
mundo organizado en el que no haya cabida para el mal y el crimen. La diferencia
es que Batman es un buen tipo (cuando lo escriben bien), y no está de acuerdo con
todo eso del genocidio.
4-BRAINIAC
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Las Edades de Brainiac. |
En esta lista hay
villanos que han cambiado tanto a lo largo de las décadas que resultan
prácticamente irreconocibles, comparados con su concepción original. Todos
ellos, no obstante, han mantenido siempre un factor fundamental a lo largo de
todo ese tiempo. En el caso de Brainiac, es la nación de que el poder de la
mente y de la tecnología es muy superior al del físico. ¿Qué puede la fuerza de
Superman contra las maquinaciones y los aparatos de Brainiac?
Creado por Otto Binder y Al
Plastino, Brainiac era originalmente un alienígena verde que viajaba a bordo de
un platillo volante, protegido por un campo de fuerza inexpugnable y armado con
toda suerte de armas de rayos y bestias espaciales. Y, aunque, compartía el
origen extraterrestre de Superman, los dos no podían ser más distintos. Usando
un rayo reductor, encogía ciudades enteras, a las metía dentro de botellas
dentro de su nave. En efecto, Brainiac tuvo, desde el principio, una de las
motivaciones más originales e intrigantes de todas: raptar las ciudades más
prósperas de cada planeta que visitase. El por qué lo hace es lo que varía,
junto con su origen. En su primera versión, Brainiac necesitaba esas ciudades
para repoblar su planeta, el cual estaba siendo afectado por un virus. Poco más
tarde, se reveló que Brainiac era, en realidad, un androide, programado por sus
robóticos señores del planeta Colu para abducir civilizaciones y estudiar sus
debilidades. Esta versión se aliaria con frecuencia con Lex Luthor, aunque
tenían la costumbre de engañarse y traicionarse mutuamente. No obstante, la
noción de que Brainiac es la versión DC del alienígena roswelliano que abduce
gente y la estudia permanecería.
Cuando Marv Wolfman y George Pérez tomaron las riendas,
le dieron un buen remeneo: aunque seguía siendo una sonda alienígena autónoma,
Brainiac subió de nivel, especialmente en cuanto a lo estético. En lugar de un
hombrecillo verde con un gracioso traje rosa viajando en un platillo volante,
Brainiac era ahora un terrorífico robot del espacio, un esqueleto metálico. Y
su nave espacial tenia forma de calavera. Eso es un cambio de imagen. Más
adelante, John Byrne convertiría a Brainiac de nuevo en una criatura orgánica,
un hibrido humano-alienígena con devastadores poderes psíquicos y piel verde,
pero la nave-calavera era demasiado molona como para quitarla. Y al final
fueron Geoff Johns y Gary Frank quienes, en nuestro milenio, dieron lo que
parece la forma definitiva de este villano tan antiguo como peligroso,
amalgamando todas las versiones anteriores de manera retroactiva: Brainiac es
un científico del planeta Colu, un ciborg cuyo mayor deseo es poseer todo el
conocimiento del universo, para lo cual, desde su nave-calavera, envía sondas
mecánicas (los temibles robots-Brainiac) para hacer su cometido. Después de
raptar la ciudad más vibrante del planeta que visita (Metrópolis, en el caso de
la Tierra), destruye el resto del planeta para que no contradiga su
información. Brainiac no es un villano al que tomarse a la ligera.
Otro de los aspectos más interesantes de Brainiac es que
es el causante de la existencia de la Ciudad Embotellada de Kandor, uno de los
factores fundamentales de la historia de Superman. Cuando el Hombre de Acero aún
no había nacido, Brainiac pasó por Krypton, y sustrajo la ciudad de Kandor y,
viendo que el planeta iba a explotar en poco tiempo, ni se molestó en
destruirlo. Lo que él no sabía era que, al llevarse Kandor, también se llevó el
programa espacial que iba a evacuar el planeta.
Cuando Superman se las apañó para meter a Brainiac dentro de la ciudad
embotellada, ciertamente se lo tomaron en cuenta. El estatus de la propia
Kandor también ha ido cambiando a lo largo de las décadas, a veces permaneciendo
como tal de manera inalterable, a veces siendo liberada sobre la superficie de
un planeta deshabitado, o incluso sobre la Tierra, e incluso desaparecida por
completo durante un tiempo. No obstante, Brainiac es el villano que permitió a
Superman ponerse en contacto más íntimo con su cultura nativa.
Los trucos de Brainiac cambian tanto como su aspecto. Desde
ejércitos de robot hasta el control mental, el villano coulano es uno de los
pocos malvados capaces de derrotar (o, en su defecto, acabar en tablas) a
Superman sin lanzar un solo puñetazo. Su mejor jugada la hizo en la historia Justicia, ilustrada por el único Alex
Ross, en la que recluta villanos como Grodd, el Capitán Frio y Leoparda para
que hagan el bien, ofreciendo soluciones a las crisis del mundo, curas a las
enfermedades y remedios para el hambre. En realidad. Los villanos entonces
ofrecen a los ciudadanos de la Tierra convertirse en miembros de nuevas
ciudades futuristas, cabezas de playa para un mundo mejor. Mientras hacen esto,
otros villanos apalean a la Liga de la Justicia, y Brainiac se prepara para llevarse
las ciudades, llenas de nuevos sujetos humanos. Se descubrió que, en realidad,
Brainiac había estado usando la tecnología del Doctor Sivana (entrada #15) para
controlar mentalmente a todos esos villanos, que normalmente no hubieran
accedido a colaboraro con él. Sólo el esfuerzo combinado de la Liga de la
Justicia, los Jóvenes Titanes, la Patrulla Condenada y los Metal Men pudo
derrotar este maquiavélico plan.
Aunque el androide extraterrestre sea ocasionalmente
enemigo universal, la verdad es que es en primer lugar un villano de Superman.
Más aún, es el mejor villano de Superman (sí, mejor que Luthor), ya que empuja
a Superman más allá de sus límites físicos y mentales, e incluso le obliga a
cuestionar su posición moral, al tener que enfrentarse a su deber para con el
resto de ciudades embotelladas. Es, además, uno de los pocos baluartes de la
civilización kryptoniana. El que Brainiac no haya aparecido aún en la gran
pantalla es asombroso por decir poco.
3-DARKSEID
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Salve, Darkseid. |
¡Y llegó el día
del Ragnarök, en el que murieron los viejos dioses y su mundo fue partido por
la mitad! Sus descendientes, los Nuevos Dioses, se dividieron en dos pueblos.
De un lado salió el planeta Nueva Génesis, de densas junglas y verdes praderas,
cuyos hermosos y nobles habitantes habitan en magnificas ciudades de oro y
marfil, bajo el sabio y benévolo mandato de Highfather. Por el otro, el planeta
Apokolipsis es un infierno de industrialización y mugre, con gigantescos hornos
que alcanzan el corazón del planeta y barrios del tamaño de continentes
habitados por los desarrapados, oprimidos por las fuerzas del temible Darkseid
(pronunciado “darksaid”).
Darkseid es a los superhéroes lo que
Sauron es a la fantasía: es un señor oscuro, el dictador supremo de una tierra
de sombras y fuego, habitada por monstruos que conforman un ejército vasto e
imparable. Sus ojos son llamas destructoras, y su ambición es hallar un
objetivo en particular, supuestamente en posesión de un mortal en la Tierra, y
usarlo para destruir todo pensamiento independiente y dominar toda la voluntad
en el cosmos. Creado por Jack Kirby en 1971, es muy probable que se inspirase
en la obra de Tolkien, con quien “El Rey” del comic compartía su fascinación
por la mitología. Fue introducido en Las
Aventuras de Jimmy Olsen, amigo de Superman, e inmediatamente se convirtió
en el antagonista de la serie El Cuarto
Mundo, que relata la guerra entre los planetas Nueva Génesis y Apokolipsis.
Poco a poco, Darkseid pasaría a convertirse en el villano definitivo de DC, siendo
el enemigo definitivo de Superman, de la Liga de la Justicia y de los Nuevos
Dioses.
El Dios Oscuro de DC está siempre
buscando la respuesta de la Ecuación de la Antivida, un problema que, de ser
resuelto, le permitiría exterminar todo el libre albedrío del Universo y
someterlo a su voluntad. Darkseid cree que la respuesta está oculta en la mente
de algún mortal, lo que justifica sus frecuentes viajes al planeta Tierra para
abducir humanos y enfrentarse con Superman. Aunque la naturaleza exacta de la
Ecuación de Antivida cambia según los autores, lo que es innegable es que su
poder es tremendo, y que debe ser alejado de Darkseid a toda costa.
Darkseid es uno de los Nuevos
Dioses, un pueblo procedente de una era ancestral, divididos entre el bien y el
mal absolutos. Si la gente de Nueva Génesis y Apokolipsis son dioses o
extraterrestres, resulta deliberadamente ambiguo. Lo que es innegable es el
extraordinario poder que posee este Hitler del espacio: Su fuerza física le
permite enfrentarse él sólo a la Liga e la Justicia, y sus ojos emiten los
temibles Rayos Omega, capaces de hacer que la materia que alcanzan deje de existir. Emplea tecnología
extraña y poderosa, además de Tubos Boom que le permiten transportar sus
esbirros entre planetas.
Aparte de Superman y la Liga de la Justicia, Darkseid tiene otro enemigo de gran calibre: Orión, el Cazador, paladín de Nueva Génesis. Orión es, en realidad, el hijo de Darkseid, formando parte de una historia tan extraña que sólo dioses formarían parte de ella: para firmar un acto de paz entre los pueblos de Nueva Génesis y Apokolipsis, Highfather y Darkseid realizaron un intercambio de hijos: el Señor de las Tinieblas entregó Orión a Highfather, y el Padre de la Luz dio su hijo Kalibak a Darkseid. Donde Orión se convirtió en un guerrero noble, la influencia de Apokolipsis sobre Kalibak le convirtió en un monstruo depravado y cruel, amante de la tortura y de la violencia.
Lo más curioso de Darkseid es que, a pesar de su singular
poder, prefiere emplear agentes y allegados para hacer el trabajo sucio. Su
ejército está formado por soldados fanáticos a su causa, armados hasta los
dientes con armas fantásticas, y también hay monstruos con muy variadas
habilidades ente sus filas. Su séquito incluye a villanos como Desaad, marqués
de la tortura, la Abuelita Bondad, siniestra señora del lavado de cerebro,
Godfrey el Glorioso, manipulador demagogo, y Steppenwolf, general de las
huestes de Apokolipsis. Al no ser él quien entra directamente en combate, sino
que permite que sus esbirros hagan su trabajo, Darkseid puede debilitar a sus
enemigos de formas arteras y sutiles para cuando decide ser él mismo quien
entra en escena.
La sombra de Darkseid se extiende sobre muchas grandes
historias de DC. Sus fechorías van desde haber esclavizado y lavado el cerebro
a Superman y a su prima Supergirl hasta obtener el control de la Fuerza Fénix
(sí, la de Marvel, entrada #31) en el fabuloso crossover de la Patrulla X vs Los Nuevos Titanes. El
universo contuvo la respiración cuando obtuvo la Ecuación de la Antivida
durante la Crisis Final. Pero la
historia en la que más pudo comprobarse el horror del dominio de Apokolipsis
sobre la Tierra fue en la historia de la Liga
de la Justicia: la Roca de la Eternidad, en la que Aquaman, Flash y
Linterna Verde viajan a un futuro dominado por Darkseid, y deben regresar para
advertir a sus amigos de cómo impedirlo. Las imágenes, que no he logrado encontrar, son memorables por decir poco.
Y si sientes dudas, recuerda esto: Darkseid es la Anti-vida, Darkseid es el fin. Somete tu voluntad a Darkseid, y te verás libre de la condena que es la libertad. Tú no importas. Importa Darkseid.
2-DOCTOR DOOM
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¡Doom está disgustado con este blog! Doom hará su propia
lista de 50 personajes de comic…¡y serán todos DOOM!
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Stan Lee y Jack
Kirby se alían por última vez para entregarnos el que es, posiblemente, el
villano más completo del noveno arte. En efecto, Víctor von Doom (o von Muerte,
como se suele escribir su nombre en español) es el villano más completo de la
historia. Como antagonista primario de los Cuatro Fantásticos, Doom es uno de
los personajes más molones, grandiosos y bombásticos de todo el comic de
superhéroes (un género notoriamente molón, grandioso y bombástico). Doom es el
villano perfecto. Es un genio científico, que a su vez es un poderoso
hechicero, que a su vez es el dictador de un país entero. Es un megalómano que
desea dominar el mundo y un ser mezquino que desea venganzas personales. Es a
ratos complejo y hasta noble, y a ratos simplemente malo. Posee los más elevados sentimientos de grandeza y amor por su
pueblo, y es también vengativo, arrogante y vanidoso. Doom existe para
historias grandes y pequeñas, inclinadas hacia la ciencia ficción, la fantasía
e incluso la intriga política.
Pero vayamos por partes. Doom (ese
es su apellido real, no un mote) es el hijo de una hechicera gitana de
Latveria, un país ficticio de Europa del Este. Ahí su clan sufrió la
persecución de los hombres del malvado Barón que dominaba esas tierras, y
desarrolló tecnologías capaces de combatirles, y aprendió artes oscuras. Recibió
una beca para ir a una universidad estadounidense, donde conoció a su némesis
Reed Richards, quien más tarde sería Mr. Fantástico. Debido a un fallo de
cálculo (producido por exceso de trabajo y su consiguiente falta de sueño), uno
de sus experimentos le estalló y desfiguró el rostro. Mas Doom nunca admitió su
fallo, y achacó el desastre a Richards, a quien acusaba de haber saboteado su
experimento por envidiar su genio. Expulsado de la Universidad, y después de
viajar al Tíbet, Doom terminó de dominar la ciencia y las artes mágicas, se
equipó con su infame armadura, tecnológicamente tan avanzada como la de Iron
Man, pero con propiedades místicas y, haciéndose llamar Doctor Doom, regresó a
su Latveria natal. Ahí, reuniendo a su clan gitano, a los campesinos y un ejército de robots asesinos, logró
acabar con el Barón. Asumió el mando de la nación, convirtiéndose en su
dictador benévolo. Aunque es un país pequeño, Latveria se ha convertido en una
fuerza tecnológica a escala global, convirtiéndola en una nación casi invencible.
Desde su trono en Latveria, Doom
planea la caída de Mr. Fatástico, a quien culpa por su desfiguración. La
mayoría de sus enrevesados planes consisten en la manera de acabar con “el Clan
Richards”, como llama a la Primera Familia de Marvel. Desde enviar robots que
se hacen pasar por él (llamados Doombots, la tarjeta de “Sal de la cárcel”
favorita del Doctor) hasta obtener poderes de demonios, pasando por rayos
reductores, intercambio de cuerpos y robarles los poderes a seres superiores
(como el Poder Cósmico de Galactus o la chispa divina de los dioses de Asgard),
ningún plan es demasiado magnífico y loco para Doom. Lo peor de todo, en lo que
a derrotar a los Richards se refiere, es que Doom, como soberano de Latveria,
cuenta con inmunidad diplomática, con lo que, aunque lo derroten, no pueden
enviarlo a la cárcel (y la Interpol no se atreve con él). Y, cuando no centra
todos sus esfuerzos en destruir a los Cuatro Fantásticos, conspira para dominar
el mundo. Curiosamente, Doom es perfectamente capaz de hacer del mundo una
utopía. Muchos se preguntan si no sería preferible que el buen Doctor se
hiciera con el control de la Tierra. Por suerte para todo héroe que se enfrenta
a Doom, éste tiene una debilidad: su increíble orgullo. Cuando su armadura es
impenetrable y sus trampas insuperables, lo único que se puede hacer es obligarle
a dar un paso en falso, apelando a su ego.
El acto más despreciable de Doom
sucedió en la historia Lo Impensablee. Doom
logró, después de muchas décadas, reencontrarse con Valeria, su primer amor, de
antes de marcharse de Latveria por primera vez. Cuando se ven de nuevo, es un
momento muy emotivo, en el que Doom parece que va a dejar su perniciosa
búsqueda de venganza contra los Richards…cuando resulta que sólo buscaba a
Valeria para poder cumplir un trato con unos demonios, entregándole el alma de
la mujer que amaba a cambio de poderes hechiceros ilimitados. Procedió
inmediatamente a raptar a los hijos de Reed y Sue Richards, llevándose a la
pequeña Val consigo y enviando a Franklin al Infierno. Cuando los Cuatro
Fantásticos trataron en vano de rescatarlos, él los capturó, torturándoles de
maneras tan ingeniosas como diabólicas. Sus actos en esa historia son tan
despreciables que resulta asombroso que sea el mismo Doom que se preocupa
legítimamente por el pueblo de Latveria, tratando de llevarlo a la gloria.
Doom es, en cierto modo, una
amalgama de todos los estereotipos sobre supervillanos que más gustan: es un
científico loco, un señor oscuro, un César que habla de sí mismo en tercera
persona, un viajero en el tiempo, un monstruo desfigurado y operático que toca
el órgano, un hombre apasionado y extrañamente romántico, asesino de dioses y
dios en potencia, un amante de los soliloquios grandilocuentes, un hombre de
grandes ambiciones y mezquinas rivalidades, de inmensas capacidades e
insoportable arrogancia, un hombre complejo y un villano absoluto. No debería
funcionar, pero, de algún modo, Lee y Kirby hicieron el villano más completo de
todos. Y, pese a lo ridículo que debería ser, Doom resulta al mismo tiempo
apasionante y demasiado magnífico para este mundo.
Y e
l número #1, el mayor villano de la historia del cómic es...
1-EL REY DEL CONDIMENTO
¡Temed sus suculentas habilidades de disparo!
Cada arma dispara una salsa distinta: ketchup o mostaza. Si te coge, arruinará
tu vestido, manchará tu corbata, y nunca podrás ir a la fiesta, ¡mua-ha-ha-ha!
|
Gracias, Sinestro. |
1-JOKER
|
¿Por qué estás tan serio? |
Puede que algunos de los villanos de esta lista
sean el material de leyendas, que sean increíblemente complejos, o tan
poderosos como para dominar el mundo. Pero ningún otro villano es tan
inmediatamente reconocible como el Joker, el Príncipe Payaso del Crimen. Ningún
otro villano ha podido oscilar de manera tan efectiva entre tonos. Ningún otro
villano cumple tan a la perfección su papel, ni complementa de manera tan
completa a su heroica némesis, Batman. Ideado por Jerry Robinson, Bill Finger y Bob Kane, inspirándose en la película El Hombre que Ríe, Joker es el más icónico de todos los
malvados del Noveno Arte. Porque cuando un héroe quiere asustar a otro, le
cuenta historias sobre villanos. Cuando un villano quiere asustar a otro
villano, le cuenta historias sobre el Joker.
Joker es, junto con Catwoman y
Hugo Strange, el enemigo reconocible de Batman más antiguo de todos. Su
llegada, anunciada por sus víctimas muriendo con espantosas sonrisas en los
labios, inauguró la era del supervillano, en la que todos los crímenes iban a
ser, a partir de entonces, excéntricos, y peculiares a la temática de cada
villano. Cuando Joker ataca, siempre hay una temática relativa al humor
(preferentemente humor negro), a las bromas pesadas y al desenfreno.
Los motivos detrás de los
crímenes de Joker no parecen ser nunca constantes. De hecho, la única constante
es la inconstancia. A veces, lo único que quiere es gastar una broma pesada.
Otras veces, su ambición parece ser causar una matanza porque sí. A veces, es
el orgullo. A veces, es el dinero. A veces, es destruir el orden social. A veces,
es meramente llamar la atención. Y sus crímenes también varían mucho en lo que
se refiere a métodos: esbirros disfrazados de payasos, explosivos, hienas
entrenadas, artilugios de broma letales o gas Joker (la toxina que causa
espasmos mortales y una mueca espantosa antes de pasar a mejor vida), esos son
los principales trucos que conoce, y sólo cuando no desea ser letal.
Puede que ya haya sido dicho
hasta la saciedad, pero es que, si Batman ayuda a la Ley desde fuera para
asegurar el orden en la sociedad, Joker es el descontrol y el caos, es la
demencia y la locura. El único sentido que tiene es el sinsentido. Por ese
motivo, algunos de sus crímenes son meras bromas pesadas incluyendo cachorritos,
y otros de sus crímenes incluyen el secuestro, la liberación de fugitivos en
masa y el asesinato en serie. Y no tiene más propósito que cabrear a Batman y
divertirse para rato. Joker genera la pregunta de si
la mera presencia de Batman es causante de la presencia de monstruos como
estos. Si Batman nunca se ríe, es porque Joker acapara todas las carcajadas.
Joker es la peor criatura que
habita los comics. Es tan malvado que uno se siente mal por reírse en los
momentos en los que es genuinamente gracioso. Asesinó a Jason Todd, el segundo
Robin, con una palanca en Una Muerte en
la Familia. Causó la locura dictatorial de Superman en el videojuego Injusticia: Dioses entre nosotros.
Indujo a la demencia a la psicóloga Harleen Quinzel, convirtiéndola en
Arlequín, y fue un amante cruel y brutal. Ha matado a centenares de personas
con el Gas Joker, explosivos, cuchillos y hienas. Forzó a Batman a que lo
matara en El Regreso del Caballero Oscuro,
riéndose desquiciadamente mientras perecía.
¿Pero quién es el Joker? Nadie
lo sabe de seguro. Pero la historia de Batman: La Broma Asesina nos cuenta la
que podría ser su historia de origen,
a la vez que nos cuenta la peor fechoría del payaso. Su memoria no es clara, ya
que parece cambiar cada día, pero, según parece recordar, él era un cómico, al
que llamaremos Jack, quien, desesperado por alimentar a su incipiente familia,
contactó con unos mafiosos, quienes le contrataron para un “trabajo”. Disfrazado
con una capucha roja, iba a saquear una planta de residuos químicos. Pero, para
desgracia de Jack, su esposa embarazada de ocho meses murió en el más absurdo
de los accidentes. ¿Podía tener un peor día? ¡Por supuesto que sí! Iba a
desistir cuando los mafiosos amenazaron con matar al cómico si éste se
acobardaba. Aterrado más allá de su control, iniciaron la operación, cuando la
policía y Batman los rodearon. Apabullado por el pavor que le generaba el
Caballero Oscuro, cayó en una fosa séptica, y se le dio por muerto. Y, horas
después, emergió cambiado. Su piel, blanca y marchitada, su cabello verde, su
sonrisa deforme. Ahora pillaba el chiste. Era una broma. Todo era una broma. La
vida, la pretensión a la razón y al sentido, todo es la broma pesada que Dios
le gasta a la humanidad. ¡Es un chiste! ¡Y por Dios, Joker sabe reírse!
Eso
era, posiblemente, el pasado, y su destino quedó inextricablemente ligado al de
Batman. Años más tarde, en ese mismo cómic, Joker preparó un plan para hacer
una declaración. Entró a saco en el piso
de Bárbara Gordon, también conocida como Batgirl, disparándole en el estómago.
El balazo le perforó la columna, dejándola paralítica de modo permanente. Luego
tomó fotografías de ella padeciendo agonías en el suelo, y procedió a
secuestrar a su padre, el Comisario Gordon. Junto con su séquito de monstruos
de feria, le sometió a un infierno de locura e imágenes de pesadilla,
incluyendo las viles fotografías que había tomado. Todo con el único propósito de
demostrar su tesis: sólo hace falta tener un mal día. Un mal día es suficiente
para convertir al más decente ciudadano en el más depravado de los monstruos. Aunque Gordon sobrevivió con su cordura intacta, y Batman pudo detener al malvado payaso, Bárbara tardó décadas en recuperarse, y la leyenda del Joker como el mayor monstruo del comic quedó asentada.
Joker es el villano más reconocible del comic, y uno de los más famosos de la televisión y del cine. Su maquillaje exagerado, su traje morado, sus bromas criminales, su nihilismo rampante y su carcajada surgida de los pozos del infierno, Joker es garantía de que, no importa lo malo que haya sido tu día, lo peor está por llegar.
Gracias a todos los lectores por tener paciencia conmigo, y por leer esta lista hasta el final. ¿Qué opináis? ¿Estáis en desacuerdo con la lista? ¿Habríais puesto otros personajes? ¿Habríais quitado alguno? Por favor, no dudéis en poner comentarios. Había muchos personajes que no he podido mencionar debido al espacio (50 escaños no son tantos), y me he centrado en lo que conozco, con lo cual tus favoritos podrían no estar simplemente porque nunca he oído hablar de ellos.